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El arte de hacer un neceser de viaje

Hace un mes que no paso un fin de semana en Madrid. Cuando no es por trabajo, hago la maleta por el puro placer de escapar de la ciudad. Pero eso implica que me pase la vida haciendo y deshaciendo equipajes. Así que, con tanto trajín he desarrollado mi propia técnica para no olvidarme nada. Y lo más importante, me llevo (sin facturar) todo lo que mi piel necesita, hasta el exfoliante y la mascarilla.

Para hacer la maleta, en general, tengo un par de trucos que quizá te puedan resultar útiles:

1. Antes de meter la ropa en la maleta la cuelgo en perchas. Para poder comprobar que todo combina con todo y que los pantalones y las chaquetas pueden ser intercambiables.

2. Lo extiendo todo sobre la cama para cerciorarme de que no me olvido de nada.

3. Viajo sin pijama. Prefiero llevar una combinación, porque no ocupa espacio. Si en el hotel hace frío, pongo el aire a tope o pido una manta extra.

4. Contabilizo exactamente cuántos calcetines y ropa interior necesito y siempre meto un biquini. ¡Hay veces que da tiempo a escaparse al spa o a la piscina!

5. Sólo llevo un par de zapatos. Más unas manoletinas que pegan con todo y no ocupan. Y siempre viajo con mis zapatillas de correr. Si hace malo, corro en la cinta del gym y si el tiempo lo permite, doy una vuelta por la ciudad y así hago turismo. Por ejemplo, en mi última visita a Nueva York hice un running tour antes de ir a trabajar. Es lo que tiene el jet lag. No duermes nada, pero al menos aprovechas el día a tope.

6. Tengo un cargador de móvil extra, que siempre dejo en la maleta para que no se me olvide.

Respecto al neceser

Mi neceser de viaje por fuera

Mi neceser de viaje por dentro

1. Siempre tengo uno listo. Así evito el típico ataque de pánico de última hora porque el bote de crema es muy grande o no tengo líquido para las lentillas.

2. Botes de plástico rellenables. Los de Muji (de plástico suave) son los mejores. Son de menos de 100 ml (para cumplir con la dichosa normativa aérea) y los uso para champú de pelo, acondicionador y crema de cuerpo. Alguna vez se me ha ido la pinza y me he echado la crema de cuerpo por el pelo en lugar del champú, pero basta con escribir con un boli indeleble qué contiene cada uno.

3. Packs de muestra o para iniciarse. Multitud de marcas hacen ahora packs de prueba de 30 y 50 ml. Me encantan, porque permiten probar el producto y, además, para viajar son una gozada. Los encontarás en Dove, Aussie, Kiehl’s, etc. Además, ya os conté que en el Duty Free del aeropuerto hay muy buenos travel editions.

4. No sin mis planchas. Antes muerta que dejarme mis GHD en casa. Durante mi luna de miel no las llevé. Tenía miedo de que el bundle pack pusiese el grito en el cielo si me veía planchándome el pelo en mitad de la sabana africana. Craso error. Hoy, cada vez que miro las fotos del viaje de novios, todavía me arrepiento. ¡Dios mío, qué pelos! Nunca mais.

5. Según la normativa aérea, en total puedes llevar un litro, en botes de 100 ml. Así que te caben hasta 10 botecitos de lo que quieras. Yo viajo con desmaquillante, limpiadora de cara, exfoliante, mascarilla, líquido para las lentillas, champú, crema de rostro, colutorio bucal, cremas de manos… Más de una vez, en el control del aeropuerto se han quedado alucinados de lo que soy capaz de llevar en mi neceser. Suelo ponerme muy flamenca cuando parecen dudar de su contenido. Les detallo la normativa rauda y veloz y me quedo tan ancha.

6. Tengo un bote de desodorante, un portalentillas y un cepillo de dientes sólo para cuando viajo. Así no me los olvido nunca.

7. No cargo con todo el set de maquillaje. Con cuatro básicos me da de sobra: Khôl negro, Touche Éclat, colorete y máscara de pestañas es todo lo que necesito para maquillarme.

8. Gel de ducha. Me suelo llevar el mío, porque los de los hoteles resecan muchísimo. A no ser que tengas la suerte de que te toquen unos amenities chulos, como los de Bvlgari, Molton & Brown o el lujazo de Acqua Di Parma.

9. Cuando viajo siempre llevo el mismo perfume. Voy cambiando, pero elijo un formato de 50 ml. Ahora, llevo Lily of the Valley de Penhaligon’s (¡con el que me casé!).

10. La bolsa de plástico. Ni en broma con una para los congelados, yo prefiero ésta de Kiehl’s con cremallera que te regalan por comprar en la tienda o las de The Body Shop también están muy bien. Nunca he tenido problema, menos en Portugal. Sí o sí hay que sacar la de plástico que, por supuesto, te venden por un euro.

Mi otra colección de neceseres. Si es una viaje largo, prefiero llevarme un neceser grande para ir con un buen suministro. Me da muchísima rabia que me falte alguno de mis básicos.

Espero que te haya gustado. Ya sabes que puedes seguirnos en Twitter (@thebeautymail) o en nuestra página de Facebook. Stay tuned!

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6 comentarios
  • Muy buenos consejos todos… yo siempre me olvido algo; esta semana pendientes, relojes, etc.., vitaminas capilares, y brocha para maquillarme… En una pocas horas conseguí reponer todo, porque la verdad está genial que en el aeropuerto puedas ahora comprar muchas más cosas que antes (por ejemplo líquido de lentillas), incluso este domingo me compre en mango algo de bisuteria low cost para ir tirando… Genial lo de presentar los modelitos en percha… yo ni me lo planteo, se que nunca conseguiré planificar tan bien… pero reconozco que es ideal par ir bien combinada.

  • jajajaj…esres única contando las cosas…Las que no viajamos tanto, tener un neceser hecho es un atraso, algunos cosméticos se estropean.

  • Me ha encantado tu post de hoy. Yo confieso que tardo más en preparar el neceser que el resto de la maleta. A partir de ahora me aplico tus consejos y trataré de imitarte. En lo de correr… A la vuelta de mi viaje! Jejeje. Felicidades por tu blog!!

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Cristina Mitre