Limpina y fresquina: volumen dos

Volvemos a la carga con la limpieza. Ya sabéis que, junto con la protección solar, es uno de los temas recurrentes de The Beauty Mail. Tanto insistió mi madre conmigo que, ahora, yo hago lo propio con vosotras. Pero, ¿cuál es la razón de mi insistencia? Sólo a través de la limpieza liberamos la piel de la suciedad y las células muertas, que imposibilitan que el tratamiento posterior penetre. No importa lo cara o tecnológicamente avanzada que sea la crema que uses, como no limpies bien la piel no servirá de nada.

Sí, lo sé. La limpieza es tediosa y da una pereza infinita. Y eso, no se les escapa a las firmas cosméticas que cada vez desarrollan nuevas fórmulas y herramientas para que ninguna pequemos. Por eso, aquí os cuento cuáles son las últimas novedades que he probado para quedarme, como dice, mi madre «limpina y fresquina».

Habitualmente retiro la limpiadora (tanto las texturas en crema como en aceite) y el exfoliante, etc. con una gasa o una toalla de manos húmeda. Ahora, he descubierto estas cómodas toallas comprimidas y en monodosis de Nap Kin. Las mojas con agua y la tolla crece por arte de magia (hasta convertirse en una servilleta de 24×25 centímetros). Realizadas con viscosa, son 100% biodegradables y permiten limpiar rostro, cuello y escote. Tan cómodas que, ahora, viajan conmigo a todas partes. Desde 4,50 € por ocho toallas comprimidas.

A mi baño también han llegado los famosos cepillos electrónicos, que prometen realizar una limpieza más profunda de la piel. He probado dos: Clarisonic y el nuevo Sistema de limpieza facial Tres Áreas de cuidado Intensivo de Olay Regenerist (el nombre tiene tela!). No se parecen ni por precio, ni por tecnología, así que aquí os cuento mi impresión de cada uno y luego, que cada cual invierta según sean sus necesidades y presupuesto. Lo que tengo claro es que los dos se quedan en mi cuarto de baño.

El modelo de Clarisonic que yo he probado incorpora dos cepillos: uno para el cuerpo y otro para la cara. El que más utilizo es el del cuerpo. Lo dejo en al ducha para no olvidarme. Tengo unos insidiosos granitos en la espalda, causados por el sudor y las camisetas de correr, así que desde que paso el cepillo unas tres veces por semana se acabó el drama. ¿Cuál es su mayor ventaja respecto a otros? Su tecnología sónica. Es decir, el cabezal no gira sobre sí mismo sino que realiza hasta 300 microoscilaciones (movimientos de ida y vuelta) por segundo. Por eso, asegura una mayor limpieza que las herramientas tradicionales (toallas, algodones, etc) y, además, no desplaza los tejidos (que puede producir flacidez, etc). Para evitar posibles irritaciones, las cerdas del cabezal no son de nylon sino de un tejido especial mucho más resistente, respetuoso y suave con la piel. Ojo, los cabezales hay que sustituirlos a los tres meses. No recomiendan usarlo con un producto exfoliante, sobre todo, si no tiene partículas redondeadas. Aunque puedes utilizarlo a diario, yo sólo recurro a él par de veces a la semana.

Tras aplicar tu limpiadora habitual (puedes hacerlo incluso en la ducha), pasas el aparato por el rostro durante un minuto. El cepillo va pitando cada vez que hay que cambiar de zona: 20 segundos en la frente; 20 segundos nariz y mentón; 10 segundos en cada mejilla. Ojo, es importante respetar estos tiempos. No te pases como hice yo, porque puede llegar a irritar.

Otro plus: para que no ejerzas demasiada presión  sobre la piel, el cepillo se apaga si lo haces.

Precio: Kit Clarisonic Plus (cara y cuerpo ) 225 €. Recambio de cabezal (25 €). En Sephora.

El cepillo de Olay es otra tecnología diferente pero que también me gusta. El cabezal sí da vueltas sobre sí mismo (hasta 350 movimientos en un minuto). Incorpora dos tipos de velocidades. Yo uso la más lenta. A diferencia del Clarisonic, que se carga a la corriente eléctrica, éste funciona con pilas y también se puede usar en la ducha. Yo hago unas cinco pasadas circulares en cada lado de la cara, insistiendo en las aletas de la nariz y el mentón, las zonas donde más suciedad se suele acumular. El cabezal también se cambia cada tres meses. La verdad es que cuando lo utilizo, lo noto. No es que desaparezcan las arrugas, las manchas o que el poro se haga más pequeño, pero sí que es cierto que enseguida notas la piel más suave y luminosa. Puede utilizarse a diario. Precio: 39,99 €. Recambio de cabezal, 14,99 €.

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