Lo que esconde mi mesilla de noche

Mi amiga Stefi siempre dice que por nuestro trabajo hemos terminado desarrollando una enfermedad que, aunque no es mortal, puede llegar a ser adictiva. Se llama: cosmetofília. Dícese de esa afección (contagiosa si sigues leyendo este blog) que te obliga a aplicarte un cosmético cada quince minutos, como mucho. Y así es, porque tengo botes de crema por toda la casa. Para las manos en la cocina, bálsamos de labios en todos los bolsos, varios perfumes en el coche, por no hablar de la mesa de mi oficina. En la cajonera atesoro hasta ¡hilo dental!

Es fácil saber en qué lado de la cama duerme una mujer, porque seguro que habrá una crema, una lima de uñas o un tratamiento para las cutículas. En mi caso, hay más de uno y por eso, hoy quiero compartir con vosotras mi rutina de cuidado nocturna en la cama. ¡Bienvenidas a mi mesilla de noche!

Ésta es mi mesilla de noche. Como podéis ver el cajón tiene unas manchas que no hay quién elimine. Eso me pasa por elegir muebles oscuros.

Estos son algunos de los tratamientos que aplico por la noche mientras leo. Ya sabéis, las mujeres somos multifunción: ¡somos capaces de hacer hasta cuatro cosas a la vez!

Pero ¿qué mimos cosméticos puedes darte en la cama sin que tu pareja piense que estás enferma?

Manos y pies

Todos los días (sí, los 365, incluso de vacaciones) me aplico antes de dormir crema de manos y de pies, así que ya he probado unas cuantas. Mis favoritas: las de L’Occitane, CND y Aveda, porque se absorben enseguida y además, no corres peligro de desnucarte en la ducha a la mañana siguiente, porque los pies estarán hidratados, pero no pringosos. Cuando va a llegar el verano y hay que sacar los piezucos al aire, somételos a una cura de hidratación. Yo los empapo con crema hidratante, incluso con la 8 horas de Elizabeth Arden (imagínate el pringue), y me pongo unos calcetines de algodón, como los de la foto. Lo sé. Es la antilujuria, pero créeme no hay cosa más horrible que unos talones deshidratados en sandalias.  También puedes probar a envolverlos, bien untaditos en crema, con papel de film transparente. Esto es mejor que lo hagas en privado, porque es probable que tu bundle pack no dé crédito.

Para quedarte cao

Eau de lit de Guerlain es un perfume para refrescar las sábanas. Huele de maravilla y pasa la prueba de olfato del bundle pack, porque no protesta. También me gusta Lino nel Vento de Jo Malone porque es como estrenar sábanas limpias todos los días. Para mí el mayor de los lujos. Cero ecológico, lo sé.

Este año tuve un par viajes relámpago al otro lado del charco y el jet lag me tenía hecha polvo. Así que compré en Estados Unidos Advil PM. Seguro que muchas recurrís a la melatonina para conciliar el sueño, pero para que haga efecto y lo regule hay que empezar con ella varias semanas antes de volar. Con el Advil, simplemente, me quedo cao. Pero sólo lo tomo cuando vuelo, nunca a diario, ¿Qué contiene? Combina 200 mg de ibuprofeno y 38 mg de diphenhydramine citrate. No se debe consumir más de 10 días seguidos.

El fisio en casa

Además de hidratar manos, pies y labios. Aprovecho para darme un masaje en la articulaciones y en los músculos que se me cargan al correr. Ultimamente, la pata de ganso de la pierna derecha (desde que corro he hecho un curso acelerado de anatomía) se me inflama bastante, así que me doy un masaje con Fisiocrem, que me recomendó mi fisio, Sergio Gómez de SGElite. Un crack de la fisioterapia. Fisiocrem tiene efecto frío y está formulado con árnica para ayudar a aliviar los dolores articulares y musculares. Eso sí, apesta. El otro es un roll-on del que ya os he hablado en mi post de cosmética para runners, Y, por último, Thrombocid, que uso, no sólo para los hematomas, también para aliviar la sensación de piernas cansadas, sobre todo, en verano.

Pero para relajarme del todo, nada como un buen libro. Meterme en la cama, con una buena novela es «mi momento». Ahora, estoy leyendo tres a la vez, porque depende del sueño que tenga escojo uno u otro.

El primero es un clásico de la literatura infantil. Si tenéis niños y no os apetece leerles los típicos cuentos de hadas y princesas, El libro de la fantasía de Gianni Rodari recoge pequeñas grandes historias, que también os engancharán a vosotros. Además, me encanta esta edición que ha hecho Blackie Books. ¡Pelayo, gracias por la recomendación !

Otro de los que estoy leyendo ahora es The Full cupboard of Life del escritor escocés Alexander McCall Smith. Se trata de toda una saga que cuenta las aventuras de una detective privada en Botsuana. Historias sencillas, sin grandes artificios, pero que te provocarán más de una sonrisa.

Y, por último, este fin de semana estrenaba libro: Las voces del Pamano de Jaume Cabré. Me encantó su última novela: Yo confieso. 100 % recomendable. Las voces del Panamo es anterior a Yo confieso y la historia transcurre durante la Guerra Civil española. Para los libros de Cabré hay que estar un poco concentrada (al menos esa es mi experiencia) porque tiene una forma peculiar de narrar, ya que salta del pasado al presente de forma constante y muchas veces son varios los narradores. Soy muy fan.

Espero que os haya gustado. Seguimos en contacto. Mañana más belleza en thebeautymail.