Ni es martes ni jueves. Ya sé, hoy no tocaba post pero no he podido ponerme hasta ahora. Así que aquí me tenéis con nocturnidad y alevosía, con mi taza de rooibos escribiendo sobre la aventura del pasado fin de semana, mientras de fondo me llega el eco de un capítulo de Downton Abbey.
Con Laura y Clara en la feria del corredor
Correr una media maratón tres semanas antes del día D es una gran idea. En mi caso, no me fijo tanto en los ritmos y me dejo llevar según me vea en carrera. Me quito un montón de miedos y paranoias. El clásico “¿seré capaz?”, que te asalta aunque ya hayas hecho la distancia. Además, es una oportunidad estupenda para testar que todo va a ir OK y que si surge algún imprevisto no pasa nada. En mi caso, nada más subirme al taxi, que nos llevaba hasta el punto de recogido del autobús que puso EDP (uno de los organizadores), me estalló un gel. Así que imaginaos el pringue. Tener una experiencia previa como esta evita que el día de la maratón entres en bucle. Además, después de hablar y bromear toda la semana anterior con “el corre que te cagas”, en el kilómetro tres (sí, el tres y por delante quedaban 18) me entraron unas ganas horribles de ir al baño. Pero puse en práctica la maniobra de contención y aquello no llegó a mayores… hasta llegar a casa. Os ahorro los detalles.
Para que no olvidemos esta aventura les regalé a Laura y Clara unas pulseras personalizadas de Dime que me quieres. Por una lado se lee #atopedepower y por el otro #Paris2015.
Después de varios meses entrenando cada una por su lado, haciendo las tiradas largas, las series y los cambios de ritmo en soledad, por fin, íbamos a correr las tres juntas, en una prueba que sería el previo a nuestra maratón de París. Y qué carrera para recordar.
El día de la media yo hago un test de todo: desde lo que voy a cenar la noche anterior (esta vez no cuenta, porque me tomé una calzone), el desayuno y, sobre todo, los famosos geles y la ropa (calcetines y ¡horquillas! incluidas). Aquí os hago un resumen de mis básicos.
La noche anterior lo mejor es cenar un poco de proteína, un poco de verdura y algo de carbohidrato como arroz o pasta (no integral).
Para desayunar el día de autos, elijo café con tostadas de pan blanco con miel. Es mejor evitar la leche y los productos integrales (menos gases, etc).
Media hora antes de la media me tomo la mitad de una botella de agua y medio plátano.
En una media no suelo tomar geles (solo agua) pero en este caso uso la distancia para testar que soy capaz de abrir los geles, beber de la botella de agua, etc sin “empapizarme”. Me tomo un gel en el kilómetro ocho y otro en el 16 para ver si mi estómago los tolera bien.
Aunque sólo tomo dos geles, corro con tres en el cinturón de avituallamiento para comprobar que corro cómoda con ese peso.
Lleva los geles en una bolsita de plástico para evitar que te exploten como me pasó a mí.
En esta carrera no había donde dejar las mochilas así que nada como un poncho de plástico para no pasar frío hasta la salida.
Corro con la paranoia de que la goma del pelo se va a romper, así que siempre llevo una goma de repuesto en la muñeca. Uno de esos prácticos “por si las moscas”.
Cuando se te haga pesado el recorrido piensa en algo que te motive. A mí imaginar el homenaje gastro post carrera me ayuda mucho. En el kilómetro 17, conté en alto todo lo que me iba a comer al pasar por meta (hamburguesa, tarta de chocolate del Landeau y algún pastelito de Belén). Oye, ¡funciona! Piensa en lo que quieras, pero intenta distraerte. Recuerdo que en mitad de una carrera, Clara de repente se acordó de que no había sacado la carne guisada del congelador. Cómico y real a partes iguales. Historias de mujeres que corren
Y por último: disfruta, disfruta y vuelve a disfrutar.
Al fondo el puente del 25 de abril.
Una organización de diez.
Tomando posiciones.
El día de la carrera , el tren que te lleva hasta el otro lado del puente (de donde sale la media) es gratuito. Hay que ir con tiempo.
35.000 corredores tomaron la salida. Además del medio maratón había una prueba de siete kilómetros.
Pese al tumulto, cero caos. Prueba impecable donde las haya. Mucha seguridad, avituallamientos generosos a lo largo de toda la carrera (agua, isotónicas, geles, fruta..) y mucha animación.
Una imagen del Cristo Rei de Almada desde donde sale la prueba.
Con nuestros ponchos para no pasar frío.
La prueba celebraba su 25 aniversario. Gracias a EDP, sponsor de la prueba, por los dorsales. Los hemos sudado a tope de power.
Cordón de seguridad previo al comienzo de la carrera. Los runners portugueses son muy disciplinados y respetuosos. Ni un empujón y mira que había gente.
El arco de salida. Cruzar ese puente me produjo una sensación de libertad maravillosa.
Let’s run.
Sí, hay veces que hay que inventarse las ganas para correr, que da una pereza tremenda y que preferiría hacer otra cosa. Pero compensa por momentos como estos, porque disfrutar de un finde entre amigas y luchar juntas para llegar a meta es lo increíble del viaje. Compartirlo es la recompensa a tanto esfuerzo.
Con mi medalla y mi flequillo en su sitio. Nenas, nada como la laca Elnett. Palabra de mujer con pelo fosco.
Misión cumplida. En tres semanas otra vez listas para el reto.
Con mi amigo Ángel Merchán, quien también se sumó al finde lisboeta. Y, no, al final, no hubo estiramientos de premio. Ángel nos los debes.
Con mi bundle pack, que iba a hacer solo siete kilómetros por aquello de cruzar el puente y terminó completando los 21. ¡Muy fuerte! Y luego me dice que correr maratones no es sano 🙂
Algo para recordar.
¿Quién es quién? Esto ya es de dar miedo. Aquí tenéis lo que marcaba el reloj de Clara y el mío. Yo creo que fuimos gemelas separadas al nacer. Esto es muy fuerte: mismo pulso, ritmo, etc. Corrimos la prueba en una hora y 40 minutos, no es nuestra mejor marca personal pero lo bueno es que nuestro pulso medio fue de 155 pulsaciones. Vamos, que estamos en forma. París allá vamos.
[…] carrera Wings For Life World Run en Aranjuez era nuestro fin de fiesta. Después del medio maratón de Lisboa y la maratón de París, nos habíamos propuesto cerrar el curso escolar runner en esta prueba […]
Crisssssssssss, que chulada correr en Lisboa, estamos planteándonos ir a la Rock and roll, estaría genial coincidir y saludarte.
Yo hace una semana corrí mi primera media en Madrid, estoy aún de subidón, una carrera preciosa, y con la de gente que conozco ya en este mundo fue genial ir viendolos en diferentes puntos, animando, corriendo.
2Horas y 13 minutos tardé, orgullosa de mi misma es poco.
Suerte en París, a disfrutar mucho mucho. Yo corrí allí la de la mujer y fue una experiencia brutal.
Mil besos
Enhorabuena chicas! No será vuestra mejor marca pero para mi (con mis humildes tiempos) creo que estáis «on fire». Mucha fuerza para París y a disfrutar al máximo!
Hola Cris!!
Felicidades por la carrera y más en tan genial compañía!
Quería agradecerte que me haya tocado un dorsal para la maratón de Madrid.
Esperemos verte pronto!!!
Besitos!
Hola Cris. Soy una fan asturiana que vive en Paris. El ano que vien fijo que cae la marathon parisina. Por ahora ataco la media
1:40!!!! Hace dos se,anas corrí mi primera media y tardé sus dos largas horas con sus interminables 19 minutos 😉 Y mira, como tú, me ayudó el pensar en lo que iba a zampar como homenaje post carrera, jeje! Y es que yo voy a mi ritmo. Ah! gracias a ti el 26 de abril estaré en los 10 kms de Madrid, porque me tocó uno delos dorsales que anunciaste que sorteaban. Mil graciasy ojalá pudiera verte allí!
Me ha encantado! Yo hice mi primera Media Maratón hace un mes y los dos días siguientes a hacerla me sentía superior!! jajaja, el año que viene intentaré ir a la de Lisboa que además me queda cerquita de Coruña!! 🙂
Genial! Nosotros, mi marido y yo nos hemos quedado con las ganas de esa carrera, el año que viene seguro! yo 7 y el media, ahora nos tica rock and roll Madrid, el media y yo 10 a tope de power!!!!
Genial post Cris. Derrochas energia y la contagias. Yo en 4semanas me enfrento a mi primera 1/2 y estoy a tope de power!! Gracias por tus consejos.
Genial Cris y super enhorabuena a tu chico, vaya crack. Un fuerte beso.