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Esperanza en un tarro

“Cris, ¿y si me tomo un poco de colágeno? Y ¿si me pincho unas vitaminas o un poquito de plasma rico en plaquetas? O tal vez lo mejor para mi pelo sea hacerme un tratamiento con glicólico… tú, ¿qué opinas?”. No hay cena, comida o encuentro en el que la mesa no termine como el consultorio de Elena Francis en versión beauty. Y la conclusión que saco es siempre la misma: la mayoría quiere empezar la casa por el tejado. Quien me pregunta por el colágeno fuma y el que habla de “pincharse” vitaminas no usa SPF (y esto no es ficción, aunque me ahorro dejar por escrito vuestros nombres…).

Lo sé, todos queremos estrenar algo nuevo, probar lo último (y si es rápido e indoloro mejor), porque creemos en la promesa de la belleza eterna. Es como el nombre de la famosa crema de philosophy: Hope in a jar (esperanza en un tarro).

s351841-main-hero-300Lo curioso es que, sin ser muy conscientes, nuestra día a día está plagado de gestos sencillos y cotidianos que boicotean nuestra rutina de belleza. Y como estrenamos año aquí van 7 sencillos trucos que quizá no te hagan cambiar de aspecto al instante pero, sin duda, son la mejor inversión de belleza a largo plazo. Y, además, la mayoría son gratis. Y, ahora, ¿quién me va a decir que cuidarse es caro?

¡Sorpresa! El gesto de belleza más sencillo es: beber agua

En el agua de nuestro cuerpo tienen lugar las reacciones que nos permiten estar vivos. Aproximadamente el 60 por ciento del agua se encuentra en el interior de las células (agua intracelular). El resto (el agua extracelular) es la que circula en la sangre y baña los tejidos.

Por eso, como explican las Dras Mar Mira y Sofía Ruiz del Cueto en su libro Presume de cuerpo “es muy importante consumir una cantidad suficiente de agua cada día para el correcto funcionamiento de los procesos de asimilación y, sobre todo, para los de eliminación de residuos del metabolismo celular”.

Necesitamos unos tres litros de agua al día como mínimo, de los que la mitad aproximadamente los obtenemos de los alimentos y la otra mitad debemos conseguirla bebiendo. Y ojo, porque como explican las expertas, “el agua durante las comidas NO engorda. De hecho, es el único alimento con cero calorías. Sin embargo, consumir grandes cantidades de agua durante o después de las comidas disminuye el grado de acidez del estómago al diluir los jugos gástricos. Esto puede provocar que las enzimas que requieren un determinado grado de acidez para actuar queden inactivas y la digestión se ralentice. Si las bebidas que tomamos con las comidas están frías, la temperatura del estómago disminuye y la digestión se ralentiza aún más. Es decir, tardamos más en digerir, pero no engordamos más”. Y un último apunte: es la sal, no el agua, la responsable de la retención de líquidos.

Como tengo la piel grasa no uso crema hidratante

En este tipo de pieles está prohibido aplicar alcohol, productos astringentes y los alimentos picantes. Como explica la esteticista Carmen Navarro en su libro Belleza inteligente el secreto está en “utilizar productos para equilibrar las glándulas sebáceas. Es decir, cremas que regulan y matizan la cantidad de sebo y que no se hacen con alcohol (para defenderse del alcohol, el organismo produce más grasa). Además, el ritual de limpieza es vital.

Recuerda que la suciedad se acumula en los poros generando impurezas, exceso de sebo y, además, las células muertas van generando una capa que entorpece el proceso de regeneración. Por eso, es importante ser aplicada con la limpieza diaria y, al menos una vez al año, ponerse en manos de un profesional de estética para que te haga una limpieza más profunda. Vamos, un lavadillo que diría mi madre.

Y cuidado con la exfoliación, como explica el Dr. Miguel Sánchez Viera, miembro de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venereología), “es un error pensar que cuanto más se exfolie la piel grasa y acnéica, mejores resultados se obtendrán: en ocasiones podría aparecer un efecto rebote y producir más grasa. Sin embargo, por norma general, las zonas centrales sí pueden recibir un producto exfoliante diariamente (a menos que posea altas concentraciones químicas)”.

Me lavo la cara con agua y jabón

Sólo con pensarlo se me dilatan los poros. Además de resecar, lavarse la cara con jabón puede dañar la delicada piel de la cara.

Lo ideal es usar diariamente un limpiador facial, en crema o leche, que ayude a eliminar el maquillaje, impurezas superficiales o grasa. El agua por sí sola no sirve porque, como apunta Carmen Navarro, “la grasa no se disuelve con el agua”.

Y para completar el momento #limpinayfresquina, nada como exfoliarse una vez por semana. Un ritual al que también pueden apuntarse las pieles más sensibles. ¿Su mejor opción? Los peelings enzimáticos.

Los problemas de la piel muchas veces empiezan en la ducha

Sí, como cuando te lavas la cara con el agua casi hirviendo. Baja la temperatura o te cargarás su función barrera. Además, toma nota de otro truco made in Carmen Navarro. “ Cuando te laves el pelo en la ducha, pon la cabeza lo más hacia atrás que puedas, para que no te caiga el champú en la cara pues desequilibras el pH de la piel”, aconseja la experta.

Hazle un favor a tu salud y a tu piel: ¡No fumes!

En el humo del tabaco existen sustancias cancerígenas (hasta cuarenta y tres). El tabaco hace que disminuya el aporte de oxígeno a los tejidos afectando a la producción de colágeno y haciendo que la piel pierda elasticidad y firmeza. También produce una merma en los niveles de vitamina A, lo que afecta a la cantidad y la calidad del colágeno y la elastina. Resultado: flacidez a tope de power.

Dormir ocho horas funciona

Entre las once de la noche y las cuatro de la mañana aumenta el flujo sanguíneo en la piel,  lo que favorece la eliminación de toxinas, el aporte de los nutrientes para la recuperación celular y, así además, se absorbe con mayor eficacia los beneficios de los tratamientos antiedad. Así que las curas de sueño son el tratamiento de choque ideal. Y lo que «presta» echar un buen «pigacín»…

El corazón también se mima y no sólo con amor

Existen algunos factores de riesgo en la aparición de la enfermedad coronaria como son la edad, la diabetes, el sexo y la historia familiar, es decir, nuestra genética. Aunque estos son inalterables hay otros que sí pueden ser controlados “porque constituyen hábitos que dependen de nuestra actitud frente a la vida, como el tabaco, la ingestión de dietas ricas en grasas y azúcares, la hipertensión arterial, la obesidad y nuestra actitud frente al estrés y el sedentarismo”, señala el Dr. Josep María Caralps en su libro Super Corazón.

Como apunta el experto, “a principios del siglo XX, el Instituto Nacional del corazón en Estados Unidos dio una serie de recomendaciones a los ciudadanos: no fumar, hacer ejercicio de forma regular, no comer grasas, perder peso y tratar la hipertensión arterial. Gracias al seguimiento de estas recomendaciones la tasa de infartos en Estados Unidos bajó drásticamente, hasta un 60 por ciento, desde los años 20 hasta principios de los setenta”.  Si quieres saber más puedes descargarte de forma gratuita esta guía.

Así que aunque la genética nos determina muchas veces podemos hacer por nosotros mismos mucho más de lo que creemos. La vida sana y activa es la mejor medicina contra la enfermedad y, sin duda, el mejor tratamiento de belleza.

 

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11 comentarios
  • Muy buen post Cris! Es cierto que nks empeñamos en buscar resultados rápidos y fáciles y todo requiere su esfuerzo…
    Aprovecho para pedirte consejo. Tengo un problema en la rodilla y estoy buscando un entrenador personal que me ayude con una rutina de fuerza que me permita volver a correr, podrías recomendarme alguno con el que pueda trabajar a distancia?

  • Un post genial!!!!!, una pregunta Cristina, tu que estás más puesta en esto y tu opinión me es fiable , algún entrenador personal online???

  • Gracias por los consejos. Una cosita…tengo la piel grasa y… sí, me labo la cara con agua y jabón todos los días, pero es especial para rostro: o bien utilizo uno de Apivita a base de propóleo y citrus, o bien uno de La Roche Posay , Effaclar con PH 5.5 . ¿Qué opinas?

  • Me encanta leerte y este post no es para menos.
    Muchas gracias por todos los consejos pero… a ver si te animas a hablar de truquillos para pieles con acné, tengo 22 años y no me gusta demasiado maquillarme pero lo hago porque me da vergüenza ir al natural, así que… ¡imagínate! No tengo la piel demasiado grasa y me desmaquillo con leche limpiadora, después me lavo con agua y jabón y me pongo crema hidratante así que no sé en qué fallo…
    Gracias, Cris.
    Besitossssssss

  • ¡Cómo me encanta lo que dices! Ya suelo tomarme al pie de la letra tus consejos, pero un recordatorio como este me viene de perlas. Ahora necesito encontrar LA CREMA. Tengo la piel grasa y aún no he dado con una hidratante que me funcione bien. Si alguien me lee y puede ayudarme, ¡lo agradecería toneladas!

  • Yo te quería pedir que algún día hicieras una entrada sobre la natación. He sido una runner convencida durante años pero una hernia (leve) me ha obligado a echar el freno. Como no puedo dejar el deporte, ahora suelo ir a nadar unos 3 días a la semana. Me costó mucho empezar y coger una rutina, pero ahora voy encantada.

    Me gustaría saber qué otro tipo de actividades puedo compatibilizar con la natación o rutinas que pudiera realizar en la piscina para que no sólo sea hacer largos.

    Gracias!

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Cristina Mitre