10 trucos para hacer el neceser

Reconozco que con la manicura soy un desastre, pero haciendo neceseres pocas me ganan. Y es que estoy muy entrenada, porque me paso media vida haciendo y deshaciendo maletas y, cuando viajo, me frustra enormemente no acertar con los básicos beauty. Cuando llevo equipaje de mano, vuelo con todo (hasta exfoliante), todo siempre en botes de 100 ml y por debajo de un litro, como dice la normativa y, por supuesto, en su correspondiente bolsa de plástico.

La maleta tardo muy poco en hacerla pero el momento neceser tiene su ritual. Por eso, aquí os doy mis diez claves para que no os olvidéis de nada.

1. Planifica No dejes el neceser para última hora. Prepáralo con tiempo para no olvidarte de nada y que tengas margen a comprar algún básico de última hora. Ayuda mucho extender en el suelo del baño tus básicos e ir comprobando, según las partes del cuerpo, que lo llevas todo: yo lo hago de arriba a abajo, empezando por el pelo, cara, cuerpo, etc. Además, ver todos los botes te ayuda a descartar productos y aligerar el peso del neceser. Hago una primera selección y luego voy prescindiendo de algunas cosas.

2. A cada momento, sus básicos. Para las vacaciones de verano yo hago tres neceseres: uno para el avión (que me sirve si me pierden las maletas) y que va con lo más básico (hidratante, líquido de lentillas, cepillo de dientes…); otro para la playa. Si vas cerca del mar una semana, vete con cuatro solares: dos de cuerpo y otros dos de cara. Si los usas como corresponde exprimirás hasta la última gota; y, por último, el neceser, con todos los básicos.

3. No cargues con los botes originales. Yo siempre compro los botes de plástico de Muji. Los más flexibles, porque los de plástico duro terminan rompiéndose si aprietas con fuerza. La crema hidratante de cuerpo, el acondicionador, el champú de pelo y el gel siempre los llevo en botes de 100ml. Sí, me llevo hasta el gel de ducha porque, como no sé cómo serán los amenities del hotel, prefiero no jugármela. No quiero pasarme una semana duchándome con un aroma que no me gusta.

4. La esponja y el exfoliante siempre a mano. Sí, viajo con esponja para darme una buena «frotadina». En verano, es imposible deshacerse de la plasta que deja sobre el cuerpo la crema solar, sobre todo, si son filtros físicos, que cuesta mucho eliminar sólo con agua y jabón. Además, este año me llevo el cepillo de Olay que me parece súper útil. Pero ten cuidado con la exfoliación, hazlo sólo por la noche para no dejar la piel desprotegida frente al sol.

5. Apuesta por los productos multiuso. El aceite Huile Prodigieuse de Nuxe es un sospecho habitual en mi neceser porque sirve para todo (cara, cuerpo y pelo). En la playa, por ejemplo, uso el mismo acondicionador (Green People) para el pelo que en la ducha porque incluye filtro UV. Al salir del mar, siempre me aclaro el pelo con agua dulce y aplico acondicionador antes de pasar el peine.

6. Móntate el spa Las vacaciones son el momento ideal para recrear un spa en la habitación del hotel. Por eso, siempre voy con las mascarillas en tissue de SKII (que guardo en el minibar) para ojos y rostro,  y las de Apivita. Este año, voy a probar su mascarilla Royal Jelly y el exfoliante de albaricoque.

7. Stop arena. A la playa llevo un neceser plastificado, que se pueda lavar fácilmente por si se llena de arena o de protector solar. Además, en mi kit playero siempre tengo a mano una toalla de manos y agua termal. En cuanto salgo del mar, vaporizo un poco de agua termal para limpiar el rostro, lo seco bien y me replico la crema protectora. Recuerda que el SPF se reaplica cada dos horas y siempre después de bañarte.

8. Belleza de altos vuelos. El aeropuerto es un sitio fantástico para hacer un poco de shopping beauty. Muchas firmas tienes packs especiales con mini tallas para viajar. Por ejemplo, en Kiehl’s hay tallas muy cómodas de 75ml para que puedas probar todos sus productos y, además, son siempre muy generosos con las muestras. Sus neceseres de plástico con cremallera son un must.

9. Maquillaje: menos es más. Viajo sólo con un colorete mini de Nars (tono Orgasm), un lápiz negro que le queda poco para pasar a mejor vida; una mini brocha de Bobbi Braown y la máscara Long wear de esta misma forma. Es todo lo que necesito para dar un toque a la piel y hacerme el ojo ahumado. ¡El descanso es el mejor maquillaje!

10. Algunos «por si acasos» Siempre tengo a mano ibuprofeno, tres pares extras de lentillas, pastillas para la diarrea, chicles para el mareo (en mi caso básico, porque doy una vuelta sobre mí misma y ya veo triple) y algún Tampax y un «salvaslip» para momentos inoportunos.

Esta vez mi vuelo es de noche así que no llevo SPF. Si vuelas de día, échate una generosa capa de protección solar, porque la radiación aumenta con la altura. El Advil PM lo compro en Estados Unidos. Es ibuprofeno con un poco de somnífero y me ayuda a quedarme dormida. Aunque creo que esta vez no lo voy a necesitar. Estoy tan agotada que no voy a llegar ni a la cena a bordo. Así que me pondré el antifaz y los tapones y a dormir como un bebé.
Solares por un tubo para cara, cuerpo y pelo.  Kit de playa. En el avión llevo la misma bolsa de la playa. Este año, estreno ésta de adidas by Stella McCartney. Las chanclas son de adidas #mygirls. 

Algunas me habéis preguntado qué voy a leer estas vacaciones y me voy con un auténtico arsenal literario. Estos son algunos de los libros físicos: Cartas de una pionera de Elinore Pruitt Stewart; The complete book of Running for Women y Running like a girl de Alexandra Heminsley. En mi Kindle y Ipad Mini me llevo más opciones. Sí, viajo con los dos dispositivos, porque en la playa se lee mejor en el Kindle. Los e-book que me llevo son lecturas bastante variopintas, desde el Jinete Polaco de  Antonio Muñoz Molina, pasando por Perdida de Gillian Flynn, hasta llegar a The Rosie Project de Graeme Simsion. Tengo muchas horas de vuelo y otras tantas de hamaca para devorarlos todos.

Feliz verano a todas, nos vemos el jueves!

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