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Qué difícil es decir adiós

Hoy me vais a perdonar si no os hablo de mis trucos de belleza, pero estoy triste y sólo puedo escribir sobre mi abuela.

Sí, confieso que quería que se muriese, porque dejar de ser dueña de tu mente y de tu cuerpo es algo difícil de soportar… y de contemplar. En los últimos meses, cada vez que subía a Gijón me debatía en la angustia de si debía ir a la residencia de ancianos a verla. Al final, no lo hacía, porque prefería quedarme con otra imagen de ella y hacía tiempo que nos habíamos despedido a nuestra manera. Antes de perder la razón del todo, cuando dejó de caminar y su voz se apagaba me dijo: «esto ya está, me voy». Y la besé, le eché crema en las piernas y en la cara, le pinté los labios de rojo y le puse un poco de colorete. Y así, sin grandes artificios, nos despedimos.

Ella fue madre, pero sobre toda las cosas, abuela. Hoy le digo adiós a ella y a la niña que un día fui. Mis recuerdos están íntimamente ligados a ella y a su pequeño piso de Contrueces, al que me encantaba ir los viernes, porque me dejaba ver pelis y series de dos rombos, como «La Huella del crimen». Era nuestro pequeño secreto. Además, allí se podía jugar a las tinieblas, sin miedo a romper algo, porque no importaba. Los bocadillos eran siempre de barra de pan, con paté Apis o con Nocilla de dos sabores. Y las tardes del domingo era un planazo, porque veíamos Candy Candy todos los primos tirados por el suelo. Todavía recuerdo cómo consolaba a mi hermana María el día que murió Anthony.

Mi abuela era humilde, pero muy generosa, de besos sonoros y de abrazos de esos que te estrujan. Se fue de Palencia con ocho hijos de vuelta a su Asturias natal, de la que se fue siendo aún una niña, para intentar dar a los suyos un futuro mejor. En Reyes, nunca nos regalaba nada, porque decía: «ay hija es que sois tantos». Pero un año nos sorprendió con unas cestas que había hecho a ganchillo (era una genia con la aguja), les echó bien de almidón y las llenó de gominolas y caramelos. Si ella supiese cómo me acuerdo de ese regalo…

A mi abuela, pese a las estrecheces, le encantaba el Opium de Yves Saint Laurent (a veces se le iba un poco la mano y había que darle un toque), el Eau de Rochas, los esmaltes de uñas rosa nacarado de Margaret Astor y las barras de labios rojas, a las que siempre daba forma redondeada, Y laca, mucha laca Elnett. Cuando iba al médico, parecía que iba de fiesta, se enjoyaba, se ponía la mejor enagua y bien de crema y perfume. Le encantaba que el médico le echase un piropo. Era muy presumida y le gustaba cuidarse. Quizá de ella he heredado  yo esta pasión mía por las cremas.

Este es mi pequeño homenaje en 537 palabras a mi querida abuela, aunque podría escribir 100 post hablando de ella. Pero me lo guardo para mí, para disfrutar en privado de su recuerdo y también para llorarla un poco.

Te quiero, Mami.

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25 comentarios
  • Hola Cristina, como me has hecho llorar! Q grandes y especiales son Las abuelas…. No te conozco personalmente a pesar de conocer al resto de tu familia y de que hayas nacido en el mismo hospital, día y habitación q mi marido; te sigo desde q me lo cometaron tu papi y tu hermana, me encanta tu blog, tus trucos y q a pesar de vivir lejos de tu tierra la recuerdes y nombres cada poco. Bueno nada mas, un día nos conoceremos ya sabes q Gijón es un pañuelo!! Mucho ánimo y Sigue así ;))

  • Cristina, siento lo de tu abuela…. y también siento el retraso en escribir mi humilde mensaje de ánimo…. Solo los que hemos tenido una relación tan estrecha con los abuelos sabemos qué vacío dejan y qué doloroso es el adiós…. Sabes qué? Yo siempre digo que él ve lo que ocurre a través de mis ojos que no dejan de mirar alrededor pensando en él… Mi abuelo era el pilar más grande de mi vida y como tal le quise y le sigo queriendo auqnue ya no esté a mi lado. Un abrazo enorme

  • Cuánto te entiendo Cristina. Yo y mi abuela éramos (somos) almas gemelas… cumplíamos el mismo día incluso… La echo de menos, pero sé que está conmigo. Pero fue una relación tan especial… que me ha hecho ‘grande’. A ti te ocurrirá lo mismo. Un abrazo muy fuerte preciosa… y qué suerte de haber vivido con ella intensos momentos…

  • Hola Cris,

    Lo siento de todo corazón, no hay consuelo para ese dolor pero lo importante es recordarla y de esta manera sentirás que nunca se ha ido.

    Un abrazo enorme

  • Muchos besos, mi abuelo también está pachuchete y sé lo que sientes, pero es una suerte haber tenido ese tipo de relación tan especial que no todo el mundo experimenta, yo doy gracias por eso y pido fuerzas para mi madre y también para nosotras. Un besazo!

  • Hey, amiguini. Lo siento un montón. El tiempo, que todo lo suaviza aunque no lo cura totalmente, te hará recuperar momentos en común como los que mencionas. Esa es la inmortalidad y ahí está el alma: en todos los recuerdos que guardas de la gente que ha formado parte de tu vida. Poco a poco, los revivirás con una sonrisa. Ya verás.

  • Siempre te leo pero nunca comento… Me
    Ha encantado esas 537 palabras que le has escrito a tu abuela… Yo aún tengo a mi abuelita conmigo y está mejor que toda la familia junta pero intento exprimir siempre el máximo rato para estar com ella, maquillarla,
    liamarle las uñas, pintarselas del mismo color de esmalte que a ru abuelita… Porque se que algun dia no estará y que la voy a echar mucho de menos…

    Las abuelas y abuelos son algo especial. Te educan y consienten de manera diferente a los padres, con otro cariño, con otra ternura… No sé que será pero… El amor de abuela y abuelo es inconfundible… Yo también jugaba a las tinieblas aunque nosotros lo llamábamos «el cuarto oscuro»… también había bocadillos… De aquellos que jamás, aunque lo intentes, tendrán el mismo sabor de longaniza cortada por tu abuelito… También había zapatos con tacones de vertigo para conjuntar con sus mejores galas… Tacones que cuando era pequeñita los veía enormes… Ahora, sin embargo, me parecen bajos… Recuerdos que, como
    Tu dices, se apagarán en cierto modo cuando los abuelos nos dejan…

    ¿Sabes qué? Estoy feliz por ti porque No te has quedado con nada adentro… y eso, es lo mejor. Acuerdate de ella y el día de mañana hasta te reirás de sus tontás, de sus palabros inventados… Ya verás como si. Un besito.

    mua.

    eva

  • Lo siento mucho!. A mi costaba mucho hablar de mi abuela cuando murió, pero ahora mi madre y yo nos reímos mucho recordando lo presumida q era!!

  • Lo siento muchísimo de verdad Cristina. Preciosas palabras que has dedicado a modo de despedida a tu abuela……….Y en estos momentos, gracias a ti, me estoy acordando yo de mi abuela, de cuando iba a Reinosa una temporada para estar con ella en verano, de como la gustaba arreglarse para ir juntas a comer la «tostada», de cómo nunca le gustaba como le hacía la lazada de la blusa ni de como le ponía las gafas, porque se le despeinaban «las patillas»…….En fin, recuerdos que estaban lejos y que me emociona traerlos al presente.
    Un abrazo muy fuerte y mucho animo de verdad. Besos.

  • No he podido ni acabar de leer tu post….me has emocionado con tus palabras! siento mucho lo de te abuela!!! Te mando mucho animo, el mismo que nos das tu cada dia con tus post!!! Besooos*

  • Buf, no hay palabras para momentos así. Sólo darte las gracias por tu post, por compartir con nosotras tu intimidad, eso te hace muy grande aunque mucha gente crea que demostrar los sentimientos nos hace débiles… se equivocan.
    Y le doy las gracias también a tu abuela por ese amor a las cremas que te ha dejado y por contribuir a ser la persona que eres. Transmites mucho a través de tus palabras y tus historias, eso es muy difícil. Por favor, no dejes de transmitir pues en ello estás tú y la gente tan especial que componen tu persona, como tu abuela. Gracias de nuevo a las dos!!!
    Marta

  • Siento la tremenda pérdida y vacío que da perder a alguien tan especial, si es cierto qu cuando la enfermedad acampa de esa manera nos duele enfrentarnos al presente y comprobar que esos ojos que nos miraban con brillo e ilusión en el ayer ya no nos reconocen.Precioso homenaje a tu abuela, como describes con detalle cada uno de los recuerdos que han ido grabándose en tu mente desde la niñez,como observamos a nuestras abuelas, recordamos su cuidado y protección cuando somos pequeños y lo orgullosas que se sienten de nosotras cuando nos hacemos adultas. Mujeres coraje que son faros en nuestras vidas y nos enseñan a nunca dejar de rendirnos. Tuvo que ser una mujer muy especial, nuestras abuelas ponen su sello en nosotras pues son el espejo en el que nos miramos para vivir el presente y afrontar el futuro, Siempre en nuestro corazón y en nuestra mente eternamente.

    Un besin

    • Cris, lo primero de todo decirte que lo siento pero piensa que tu abuela murió de ancianita y le dió tiempo a vivir aunque al final cayese en una enfermedad dura pero quedate con la parte positiva. Mi padre muríó a los 57 años y de repente, ahí no hubo ni despedida ni nada y el día de antes comiamos un paella en su restarante preferido. ahora tengo un niño de 2 años y no lo conoció y así muchísimas cosas. Ójala mi padre hubiese fallecido de ancianito pero entiendo que tu gente nunca quieres que se vaya. un abrazo fuerte.

  • Lo siento mucho Cris, yo perdí a mi abuelo hace ya tiempo pero se lo que sientes . Los abuelos son especiales y deberían de vivir para siempre!!!
    Ella te cuidara y la sentirás cerca. Un beso enorme.
    Vanessa

  • Un fuerte abrazo desde el cariño, quédate con lo que disfrutó en vida y todo lo que pudiste disfrutar de ella, tuviste la suerte de conocerla y tener ahora recuerdos maravillosos que tendrás para siempre. Gracias por compartir un trocito de ellos en esta entrada. Besos

  • Ay Cris…..qué te puedo decir…..es difícil y muy duro decir adios……mi padre(le llamábamos papuchi)se marchó hace apenas unos días y todavía lo estoy asimilando.Se fue una temporada a Acoruña.Pensé que le tendría en casa de vuelta…..pero no fue así.No me pude despedir de él….. 🙁 pero sé que esté donde esté,me va a cuidar siempre y tu abuela seguro que te está dando fuerza para que no te derrumbes.
    Un abrazo y mucho ánimo!

  • Lo siento muchísimo, Cris, se lo que es pasar por este momento y el enorme vacío que te deja una persona así. Pero ten por seguro que ella sabe lo mucho que la querías, que ha sido muy feliz y que siempre, por mucho tiempo que pase, estará a tu lado, porque está en tí, en tu forma de ser y en tu corazón. Con todo mi cariño.

  • Primero decirte que lo siento.
    Y que te entiendo en eso de desear que se vaya, para que descanse ya y no sufra.

    Perdí a mi madre en Noviembre. Me ha conmovido tu manera de despedirte,
    lo mio fue muy parecido, y bueno… ella me pidió estando en la uvi que la diera su «crema» (nivea azul de toda la vida, aunque le regalaran otras, ella solo queria esa),
    Nos arrancó una sonrisa a nosotros y a las enfermeras. Ya en la habitación sabiendo que era cuestión de días, me despedí de ella de una forma muy parecida a la tuya. Solo que yo no dije adiós, prefiero un hasta luego….

    Precioso el homenaje a tu abuela.
    Un beso fuerte

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Cristina Mitre