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Efecto buena cara

Ya sé que las BB Creams son el producto del momento y que hay quien no entiende cómo hemos podido vivir sin ellas todos estos años. Pues, la verdad, no las uso. No me convence la textura crema y sigo prefiriendo los «polvos» de toda la vida para lograr el efecto buena cara.

Hace tiempo que descubrí cuáles son mis productos fetiche y los tonos que mejor me sientan. Desde hace años, tengo un combo imprescindible: los polvos Laguna (35,90 €) y el colorote Orgasm (31,40 €), todo de Nars. Sí, los aplico casi a diario, e incluso para salir a correr (sólo si no tengo unas series muy exigentes que me hagan sudar la gota gorda). Cuando los llevo, suelen preguntarme qué me he puesto, porque al combinarlos crean en las mejillas un efecto irisado espectacular (o a mí me lo parece). Para que el acabado sea perfecto, las brochas son importantes. Mis favoritas: Bobbi Brown (desde 45 €), que me acompañan desde hace mucho tiempo. No se deforman, no pierden pelo y queda perfectas tras lavarlas con un jabón neutro.

Hace poco, a mi kit efecto buena cara se han unido otros dos básicos: los polvos Les Beige de Chanel y The Celestial Powder (tono Candlelight) de Kevyn Aucoin (61 €), éste último es un finísimo y sedoso polvo iluminador que aplico en la parte alta de la mejilla (lo que sobresale cuando sonríes), arco de la ceja, barbilla y puente de la nariz. Da un brillo espectacular. Les beiges, son unos polvos que mejoran el tono de la piel. En el número de abril de ELLE, os hablé de ellos en un reportaje que hice a Peter Philips, ex director de maquillaje internacional de la firma. Normalmente, siempre tiro las brochas que vienen con los polvos, pero la de éste compacto es perfecta. Está hecha con pelo sintético, que mimetiza  a la perfección el de poni (uno de los más codiciados y caros) y, gracias a su forma anatómica, se adapta a la perfección a los contornos del rostro. Así que puedes aplicarlos sin espejo (comprobado) e incluso en la cuenca del ojo. No tienen ningún tipo de brillo y funcionan a la perfección bajo luz natural o artificial (no te verás naranja).

Aquí os dejo mis reglas de oro para los polvos de sol:

Después de aplicarlos, cepíllate las cejas, para así eliminar cualquier resto de polvo (o base de maquillaje).

El maquillaje es tu amigo, no te flageles con la brocha. Aplica los polvos suavemente, arrastrando. No a brochazos y mucho menos apretando la brocha, en movimientos circulares, como si estuvieses puliendo el suelo.

Evita el efecto Naranjito. Todas queremos tener un toque de color, como si hubiésemos sido besadas por el sol, así que es vital escoger bien el color. Como mucho dos por encima del tono natural de tu piel.

Después de la crema, va el SPF. Espera a que se «asiente» sobre la piel antes de aplicar el polvo. Puedes escoger fórmulas que contengan SPF, siempre por encima de 25.

polvos-web

A continuación, os paso los trucos maestros del maquillador Miguel Ángel Álvarez, el make up artist de cabecera de Paula Echevarría y Raquel del Rosario.

¿Cómo se aplican los polvos de sol?

«Prefiero hacerlo con brocha por todo el rostro de manera suave y, con más intensidad en pómulos, sienes y frente si ésta es ancha. En las mejillas y nariz que da un toque gracioso como si nos hubiéramos quemado un poquito por el sol».

¿Hay que soplar la brocha o darle un golpecito antes de aplicar el producto sobre la piel?

«Para quitar el exceso de producto, suelo batir la brocha sobre mi propio brazo. Luego,  voy directo al rostro. Es preferible repetir este gesto que no dejar demasiado sobre la piel. Una buena manera de crear volumen en el rostro es depositando el producto con la brocha con movimiento circulares, empezando por el pómulo, siguiendo por la sien, frente y nariz. Repite en el otro lado. Verás que es como dibujar la forma de una herradura, así defines el pómulo, mientras afinas la frente y la nariz».

¿Tienes algún truco para cuando se rompe la polvera?

«Tienes que convertir los trozos en polvo. Con un rodillo, una botella o con un cuchillo aplastas y cortas el producto en pequeños trozos como sí estuvieras picando cebolla. Cuando esté bien machacado, le echas unas gotas de alcohol y vas creando una masa en el mismo recipiente. Prénsalo con los dedos y lo dejas secar, hasta conseguir una textura dura, que puedes aplicar de nuevo».

¿Cómo elegir el tono más adecuado?

«De una manera sencilla: los hay más rosados, anaranjados, tostados oscuros más claros… si eres muy blanquita uno no muy oscuro. Siempre me decanto por los más tostados».

¿Unos para verano y otros de invierno?

«Sí, por qué no. Unos no demasiado oscuros para el invierno, siempre en función de lo que te guste. Po ejemplo, en invierno, una piel clara e impoluta es preciosa».

¿Para qué sirven los iluminadores?

«Son productos que consiguen que determinadas zonas del rostro, se iluminen y que, por ejemplo, pómulos, sienes y mejillas parezcan más jugosas, brillantes, nacaradas o doradas, dependiendo del pigmento que utilices».

¿Cuál es el acabado más favorecedor?

«El que logre que la piel luzca en todo su esplendor, con un aspecto sano, ligero y luminoso».

¿Mejor en crema o en polvo?

«Depende, porque aportan acabados diferentes. En crema, son más jugosos y el aspecto es más húmedo. En polvo, el acabado es brillante pero tira más a mate».

¿Cómo y dónde se aplican?

«Si es en polvo, con brocha. La crema o fluído con los dedos o ayudándote de la brocha de base de maquillaje. Se extiende en las zonas que quieras resaltar, como pómulos, sienes, arco súper ciliar, mentón (si lo tienes retraído) o tabique nasal, siempre que no tengas una nariz aguileña. Si es fluído, podemos mezclarlo con la base de maquillaje si queremos una tonalidad más nacarada, dorada o más luminosa».

Espero que os haya resultado útil. Ya sabéis que podéis seguirnos en Twitter (@thebeautymail) en nuestra página de Facebook y en Instagram (@thebeautymail). Stay tuned!

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