El maquillaje de los ojos es un territorio en el que muchas preferís no poner un pie, o mejor dicho, un dedo, porque no os dais mucha maña con los pinceles y las sombras. Pues tengo algo que deciros: es cuestión de práctica. No tiene más ciencia. Soy la más inútil de la galaxia con las manualidades y el DIY. Aunque ahora, como estoy musculando mi paciencia, me haré una manitas y, como primer paso, he decidido que estas Navidades dejaré de ser la cutre bajo al árbol de Navidad (siempre puedes saber cuáles son mis regalos porque son los peor envueltos) y me he ido a Tiger a comprarme el kit esencial para envolver como una dependienta de El Corte Inglés (siempre me ha fascinado cómo lo hacen). Así que nenas, si yo domino la técnica del ahumado de ojos, y además logro envolver, vosotras también. Mitre dixit. Tomad nota de este manual de uso de eyeliner (para poco mañosas).
Cuatro fórmulas para cuatro niveles: lápiz kôhl, eyeliner en crema, eyeliner líquido y rotulador.
La raya del ojo fue lo primero que aprendí hacerme con quince años. A mí me gustan los retos así que siempre por lo más complicado y, a base de trazar líneas con más curvas que la carretera de Villaviciosa y con un grosor que casi parecía un paso de cebra, con los años he logrado depurar mi técnica. Vamos, ahora soy la Miguel Ángel del eyeliner y tiro líneas con maestría. Por eso, mi primer consejo es que tengas paciencia, luego que practiques y, por último, que empieces a experimentar con las fórmulas más sencillas. Para mí, en orden de dificultad, de textura más sencilla a más díficil: Lápiz de ojos (para iniciadas), khôl en crema con pincel biselado, eyeliner líquido y formato bolígrafo.
Sea cual sea la fórmula que elijas lo fundamental es que te pegues lo más que puedas (siempre) a la línea de nacimiento de las pestañas y ¿por dónde empiezas a dibujar? Pues tú decides, para mí es más fácil hacerlo del centro hacia afuera, tirando un poco del ojo desde la esquina más externa. Luego, ya dibujo la zona del lagrimal y el rabillo en último lugar, siempre trazando la línea hacia arriba y difuminando luego con el dedo meñique o con un bastoncillo.
El lápiz de ojos es la fórmula más fácil. Elige una textura suave y fundente que puedas incluso emborronar con un dedo. Me gustan mucho los lápices de Bobbi Brown y los de Kevyn Aucoin (a la venta en Elle Est Belle). El único problema que ofrecen los lápices es su durabilidad, porque al ser una textura muy cremosa con el pasar de las horas desaparece y se funde con la sombra de ojos.
Si te maquillas con sombras, aplícalas primero y luego dibuja el eyeliner. Para mi gusto el maquillaje queda mucho mejor si aplicas una sombra, aunque sea en un tono neutro en la gama de los beis y marrones. Si no te das mucha maña, te recomiendo las texturas en crema que puedes dominar con los dedos y que, además, permiten disimular gazapos. Si la línea del ojo te queda muy ancha o te sales un poco, puedes matizar con poco de sombra en crema y eliminar el entuerto. La que sale en la foto es la sombra en crema Eye Tint Fluid de Armani Beauty (34 €).
¿Te has equivocado? ¿No te gusta? No desmaquilles el ojo completo. Usa un bastoncillo impregnado en un poco de agua micelar y corrige donde sea preciso. Luego, extiende sombra y arreglado. ¡Y no resoples! Te va a salir. Palabrita de Mitre.
Nada como el agua micelar para corregir errores y para desmaquillar, porque es muy suave y no irrita.
Un bastoncillo es más preciso que un disco de algodón. Y te puede ayudar, además, a difuminar el maquillaje y limpiar, por ejemplo, el contorno de ojos cuando cae algo de pigmento de las sombras.
Ahora, estoy usando mucho Calligraphie de Chanel (31 €) Es un kôhl con una textura super cremosa y que dura mucho (hasta un día de ocho horas de grabación). Bobbi Brown, también, tiene una textura similar. Me gusta mucho el acabado que deja, menos vinílico que un eyeliner líquido. Para mí, el brillo de las fórmulas líquidas es uno de su grandes «peros». Pero… para gustos colores 🙂
Aunque este eyeliner en crema de Chanel viene en un tarro con un pincel para su aplicación, prefiero usar mi pincel biselado de MAC, porque tiene el mango mucho más largo y me apaño mejor. Sí, con pincel es más fácil (aunque no lo parezca), sobre todo, para llegar a la zona de lagrimal y para saber a qué altura hay que dibujar el rabillo. ¿Cómo? Coloca la punta del pincel en la esquina externa del ojo y en perpendicular. Traza desde ahí la línea y hacia arriba. Aquí os dejo un vídeo en el que explican cómo hacerlo, porque yo, también, me lío con verticales, horizontales y diagonales 🙂
Los «papelitos rosas» que llevo en la cabeza son unos velcros coreanos para sujetar el flequillo, que me compré en el corner de This is Beauty Mart en la tienda de TopShop de Oxford Circus en Londres.
Con y sin eyeliner.
El eyeliner líquido ocupa para mí el tercer nivel de dificultad. La fórmula Liquid Ink eyeliner de Essence me gusta mucho, sobre todo por su durabilidad. Si quieres adentrarte en el universo del eyeliner líquido, te recomiendo que primero traces la línea con un lápiz y sobre esta dibujes con la textura líquida. Estas fórmulas tienen varios puntos que las hacen más difíciles de usar si no te das mucha maña: manejar la cantidad es difícil y a veces se cuela entre las pestañas creando pegotes; tardan más en secar que las texturas en crema e incluso que los bolis y, a veces, es fácil terminar con todo el ojo emborronado.
Pero, sin duda, son las que más aguantan. Doy fe, porque he corrido con ellas hasta una media maratón. Así que si quieres una fórmula a prueba de sudor (y lágrimas) ésta es la tuya. Y, además, la de Essence que utilizo es bien económica, porque no llega a los 3 €. Ya os la enseñé en este vídeo.
Pues sí, el formato boli o rotulador, que a primera vista parece el más sencillo, es el más complicado y no todas las fórmulas funcionan bien (prueba antes) porque hay algunas que tienen mucha agua y para conseguir una línea bien marcada hay que pasar varias veces. Además, muchos tienen la punta rígida y no es tan sencillo de arrastrar por el párpado. Hay dos que me gustan mucho: Eyeko (15,90 €) y Eyeliner Kiss Me (lo venden en Amazon) que me compré en Japón (podéis ver el post aquí) y qué pena no haber traído más, porque me costó como cinco euros.
Como último toque me gusta dibujar la línea del párpado interior con un lápiz.
Mascara de pestañas solo en las superiores (las inferiores las tengo muy largas y no me gusta marcarlas). Esta máscara es la Dimensions de Chanel (21,95 €) que ofrece larga duración mientras da cuerpo, sin apelmazar. Y se desmaquilla fácil (fundamental).
Mi ojo derecho con eyeliner líquido en boli (Eyeko) y el izquierdo con eyeliner en crema (Chanel).
Qué pena que a continuación de hacerme esta foto me tuviese que desmaquillar para hacer la otra entrada de esta semana… Solo os digo que os voy a enseñar cómo quedaros #limpinasyfresquinas.
Fotos Silvia Martínez.
Que genial post!
Tengo una duda y es si el caligraphie de Chanel lo pueden usar personas con piel sensible, que es mi caso he usado clinique, Mac pero el primero me produce picor y ahora quiero probar algo distinto! Espero me puedas ayudar!
Gracias!
Monísima de la muerte como siempre!!!