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Mi experiencia con la luz pulsada para tratar las manchas de la cara

luz pulsada manchas

Si habéis estado atentas a mi Instagram, habréis visto que hace un par de semanas me hice una sesión de luz pulsada para tratar las manchas. En mi caso los léntigos solares (las manchas producidas por la radiación solar y que aparecen a medida que envejecemos), sobre todo, en las mejillas. De momento, solo he probado una primera sesión en la consulta de la Dra Ana Molina en la Fundación Jiménez Díaz (Madrid)*, quien ya nos habló sobre la luz pulsada y el láser en este capítulo del podcast. 

Muchas me habéis preguntado por qué me lo he hecho si  tengo «muy buena piel» (y cito literal).

Soy  fototipo III, es decir, tengo los ojos marrones, pelo castaño y la piel levemente bronceada, sin que me haya dado el sol. Tengo ya pequeños léntigos en ambas mejillas, a una edad relativamente joven. No llego a ser un fototipo IV, que normalmente están más protegidos frente al sol porque son más morenos y no tendrían léntigos a mi edad. Esto es lo que pasa por haberme dado rayos UVA en mi adolescencia y haberme frito la cara alguna vez con crema de zanahoria. Sí, todos tenemos un pasado.

Como me explica la Dra Ana Molina «Esos pequeños léntigos, que tienes en ambas mejillas, son por el sol que recibiste en los 20-25 primeros años de vida, además, por efecto de la radiación solar tienes, también, pequeñas telangiectasias (ventas) en las aletas de la nariz y en los orificios nasales«.

Aquí os dejo el directo que grabamos en la consulta de la Dra Ana Molina con algunas de las dudas que me hicisteis llegar a través de Instagram. La calidad no es muy buena. Lo siento. Para la próxima (porque habrá secuela como en las buenas películas) me apunto grabarlo, también, en directo por Youtube.

Como surgieron varias preguntas, en el directo que hicimos a través de Instagram, he pedido a la Dra Molina que las respondan aquí para despejarlas todas las dudas al respecto de la luz pulsada.

¿Qué es la luz pulsada?

La luz intensa pulsada o IPL (del inglés “Intense Pulsed Light”) emite una banda ancha de luz que permite tratar a la vez, manchas, venitas o textura cutánea rugosa y, así, mejorar globalmente la calidad de la piel, al estimular la formación de colágeno. La energía de la luz actúa en las capas más superficiales de la piel para recuperar gradualmente su tonalidad y textura  y combatir, por ejemplo, las manchas, rojeces, poros dilatados, arrugas finas y dar luminosidad. Elimina las huellas que los años, el estrés y, sobre todo, el sol, dejan en la piel, proporcionando un rejuvenecimiento global y uniforme del rostro, cuello, escote, e incluso, manos”. 

¿Para quién está indicada la luz pulsada?

Para cualquier persona que desee mejorar la calidad de su piel, pero especialmente en pacientes con fotoenvejecimiento, acné o cuperosis-rosácea. También, se usa para depilar, especialmente en la cara, ya que es el método de depilación facial que menos crecimiento de vello paradójico (aumento de vello en la cara) genera”.

¿A partir de qué edad?

“Se puede usar a cualquier edad. De hecho, se utiliza para tratar lesiones vasculares, como angiomas en bebés y niños. También, en adolescentes para acné facial. Para rejuvenecimiento facial, se recomienda en pacientes en los que se empiezan a observar los signos de fotoenvejecimiento, como la aparición de léntigos (manchas solares), telangiectasias faciales (venitas), dilatación del poro o textura de la piel de peor calidad (menos luminosidad)”.

¿Tiene alguna contraindicación?

“Debe usarse con precaución en pacientes que estén tomando medicación fotosensible, en fototipos altos (piel muy oscura) y pacientes con pigmentación de tipo melasma/cloasma, ya que puede empeorarlo”.

¿Cuántas sesiones se necesitan?  

“Depende mucho del fotoenvejecimiento del paciente, normalmente, se recomiendan entre 1 y 4 sesiones. 

¿Depila al mismo tiempo? 

Se puede usar para depilación facial, pero a otros parámetros diferentes a los que se usan en fotorejuvenecimiento facial, por lo que haría falta realizar otra sesión a parte de depilación”

¿Cuáles son los cuidados después del tratamiento?

“El tratamiento debe iniciarse con la piel perfectamente limpia, sin maquillaje, ni cremas. Se aplica un gel frío sobre la zona, que permite la transmisión de la energía de la luz, y un sistema de enfriamiento que protege las capas más superficiales de la piel. En función del tamaño de la zona a tratar, el procedimiento puede durar desde 30 minutos hasta una hora. Después del tratamiento, puedes maquillarte e incorporarte a tu vida normal.

No requiere anestesia, porque el gel frío que se utiliza sobre la piel minimiza la sensación de calor. Después de la sesión, en las dos horas siguientes, puede aparecer un ligero enrojecimiento, pero se puede disimular con maquillaje. Se recomienda no exponerse al sol directamente durante al menos 15 días antes de cada sesión y no realizar tratamientos agresivos en los 15 días posteriores al tratamiento con IPL, como peelings o abrasiones, ya que la piel puede estar algo más sensible”.

¿Hay que hacer sesiones recordatorio?

“En general se recomienda realizar alguna sesión de recordatorio una vez al año para mantener el efecto deseado, especialmente, en pacientes con rosácea o cuperosis, ya que se trata de una patología crónica que progresivamente vuelve a aparecer. Al ser este un tratamiento no agresivo, que se realiza en varias sesiones, los resultados se van percibiendo de forma progresiva”.

¿Desaparecen las manchas para siempre o vuelven a salir?

“Las lesiones tipo léntigo suelen mejorar de forma casi definitiva en la mayoría de los casos, pero como nuestra piel tiene memoria y el daño solar es el causante de la aparición de esos léntigos, y este se acumula principalmente en los 20 primeros años de vida, lo más probable es que continúen apareciendo léntigos solares en esa zona y en otras con fotodaño. No los mismos, pero sí otros nuevos”.

Precios

“Los precios oscilan entre los 200 y 400 € por una sesión de rejuvenecimiento facial, mientras que el escote o las manos suelen estar en torno a los 150-300 € por sesión. En nuestro centro de la Fundación Jiménez Díaz los precios son 200 € por sesión de luz pulsada de rejuvenecimiento facial, 150 € la sesión de manos y 150 € la sesión del escote”.

Mi veredicto

Nunca hasta ahora me había hecho nada en la cara y me parecía un protocolo de rejuvenecimiento ideal porque es poco invasivo. 

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Foto a la mañana siguiente de haberme hecho la luz pulsada (sábado 21 de abril).

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Foto que compartí en mi stories el martes 24 de abril

Además, las manchas me preocupan mucho más que las arrugas, porque las primeras quitan luminosidad y frescura al rostro. El tratamiento duele un poco, pero es fácilmente soportable y hay zonas más sensibles que otras.

En mi caso, tratamos sobre todo la zona de las mejillas, donde he visto los mejores resultados, en la frente he notado poca diferencia y en la zona del labio superior, la doctora optó por no tocarla porque ahí no tengo un léntigo y sí un melasma (como una casa) y corríamos el riesgo de que la mancha se pronunciase aún más. Como me explicó la doctora en el labio superior tengo «una pigmentación diferente, más homogénea, que ocupa casi toda la superficie y que impresiona como melasma, es decir, una pigmentación mixta (hormonal, genética y por el sol). El melasma es mucho más difícil de manejar, y el mejor tratamiento son los depigmentantes, retinol y fotoprotectores. También ayudan los peelings, pero solo con el componente más superficial y realizados con precaución, porque si es muy agresivo, el melasma en fototipos altos puede empeorar. También puede usarse el ácido tranexámico oral o en mesoterapia para casos graves».

Además, en las aletas de nariz tenía unas venitas, lo que se conoce como  telangiectasias faciales y que, como me explica la Dra Molina “en general están provocadas por el sol, aunque también influye mucho la genética o enfermedades como la rosácea. Suelen comenzar en la zona de la nariz y son las más resistentes al tratamiento, porque tienen mayor grosor que las que aparecen en otras zonas de la cara”. 

Aquí os dejo el vídeo que grabamos en directo por Instagram en el que la doctora usa un láser vascular para tratar las venitas de la nariz.

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Esta fue la foto que compartí en mi stories el sábado 28 de abril. Ocho días después y sin haberme hecho aún el peeling en casa con AHA’s.

En esta zona de la nariz, duele un poco más, aunque el láser emite un chorro de aire frío, que alivia un poco y la doctora fue muy rápida. Algunas de las venitas de la nariz han desaparecido y otras son un poco rebeldes y necesitarán una sesión más.

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Todos los productos que he usado estas semanas

Después del tratamiento, no me inflamé nada, ni sentí dolor, solo un leve ardor. Al salir de la consulta, me apliqué una base generosa de Diprogenta, una crema con antibiótico y antiinflamatorio y, al llegar a casa, me limpié con agua micelar y usé Cicaplast Gel B5 de La Roche Possay. Esa noche tenía cena, pero ni me maquillé porque me daba pereza y la piel, además, estaba perfecta. Por la noche, antes de acostarme, volví  limpiarme con agua micelar, me puse una ampolla de Matricium de Bioderma, que son ideales tras un peeling y otra poquito de Cicaplast. Por la mañana, repetí la misma operación y añadí un protector solar con color, Photoaging Control SPF50 de Eucerin. Seguí esta rutina durante un par de días y combiné estos productos con el serum (Hyalu B5) y la crema (Hyalu B5) con ácido hialurónico, ambos de la Roche Possay (os hablé de la fórmula en este episodio del podcast), para así dar un extra de hidratación a la piel.

Tras el tratamiento, puedes ver cómo la melanina sube a superficie y poco a poco, a través del proceso de descamación natural de la piel, esas manchitas negras van deparaciendo. A los diez días, me hice un peeling en casa con unos discos con alfahidroxiácidos: Citriate de Neostrata, del que os hablé también en este podcast. Y ni rastro de manchas, tengo la piel mucho más luminosa (muchas me habéis dicho que tengo muy buena cara cuando salgo sin filtros por el stories) y, desde el primer día, siento la piel super suave al tacto, más uniforme y se nota menos el poro.

Aunque no suele ser lo habitual, en la zona de las aletas de la nariz me salieron tres pequeños granitos (como espinillas), porque como me explica la doctora “todos esos vasos que hemos roto con el láser vascular provocan que salga el suero de su interior. La piel se inflama, produciendo un edema y ese suero estancado en la zona hace que existe mucha más propensión a la infección, sobre todo, bacteriana”. ¿La solución? Apliqué un poco de Diprogenta y se curaron en seguida.

¿Repetiré? Sin duda. Espero poder ir en breve a Madrid para hacer una segunda sesión antes del verano. Mejora muchísimo la calidad, la textura y la luminosidad de la piel y no es nada traumático o invasivo. Puedes seguir con tu vida normal y no duele (mucho). Combinar este tipo de tratamientos con el uso habitual de AHA’s, ácido retinoico y ácido hialurónico en casa me parece una buena estrategia antiedad. 

Mi recomendación

Déjate asesorar por un experto que lleve tiempo manejando este tipo de aparatología y elige un centro que tenga una buena plataforma láser y de luz pulsada, porque en mi caso, para tratar las ventas de la nariz la doctora decidió usar un láser vascular (Neodimio Yag), en lugar de luz pulsada, porque este permite una mayor penetración en la piel y es más efectivo para tratar las telangiectasias (venitas) de mayor tamaño.  

Nos vemos de nuevo el domingo con un nuevo episodio del podcast. Estoy tan emocionada con los que vamos a descubrir que lo colgaría ya mismo 🙂

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*Como sabéis, este blog tiene una política de publicidad responsable (podéis verla aquí) y es por eso que quiero aclarar que, aunque este no es un contenido patrocinado, la Dra Molina no me cobró por la sesión. Como periodista de belleza tengo la posibilidad de probar muchos tratamientos y productos cosméticos para poder dar mi opinión, pero esto en ningún caso compromete lo que he escrito aquí o en mis redes sociales.

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