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Mi pasión por el flequillo

El flequillo me define tanto como mi nombre y apellido. Soy incapaz de verme sin él. Desde hace diez años, es el mejor compañero de mi melena, pese a mi pelo fosco y los dos remolinos (muy rebeldes) que tengo justo a la altura de la frente. Pero en estos años me he vuelto una maestra en el arte de darle forma y, aunque para el color y el corte no pongo muchas pegas en la peluquería, cuando llega la hora de cortar el flequillo le doy todo tipo de indicaciones al estilista, del tipo: «un poco por debajo de las cejas, y luego me entresacas para que no quede en una capa…». Menos mal que todos me escuchan con una paciencia infinita.

flequillo

¿Quieres probar con el flequillo pero no te atreves con la tijera? En ELLE.es tenemos un tutorial fantástico sobre cómo colocarte un postizo. Así puedes ver cómo te quedaría antes de pasar por el «corto y cambio».

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Si te has decidido a darle un nuevo aire a tu melena, ten en cuenta cómo es tu frente. Si es estrecha, opta por un flequillo que salga desde casi la coronilla y que no sea demasiado ancho, al contrario, si tienes mucha frente, pégate más al nacimiento del cabello. Otra recomendación: si nunca has llevado flequillo, opta primero por uno más largo y que puedas peinar hacia los laterales por si no te convence el resultado. ¿El corte más favorecedor? Piensa en una «U» invertida, los laterales tienen que ser un poco más largos que la parte central. El estilo paje de cuando éramos niñas es raro que siente bien.

Aquí os dejo mis trucos maestros, esos que de verdad funcionan para que el flequillo quede perfecto.

1. Aunque es mejor no secar el cabello con el pelo muy húmedo, con el flequillo ocurre todo lo contrario. Nunca espero porque si no, se empieza, literalmente, a enrollar sobre sí mismo y no hay quién le dé forma.

2. Usa la boquilla del secador siempre mirando hacia abajo y no uses ni cepillos, ni peines. Mejor tus dedos para que no quede demasiado apelmazado, mueve el cabello de un lado a otro, mientras pasas el secador, para que coja cuerpo y movimiento.

3. Una vez seco, pasa la plancha. Yo prefiero utilzar la mini Styler de ghd porque me permite pegarme mucho más a la raíz y sin quemarme. Es fundamental que alises primero las capas inferiores (si no se encrespa en cuanto empieces a sudar o por efecto de la humedad), así que recoge la capa superior con una pinza y pasa la plancha pegándote bien al cuero cabelludo. Para que no quede muy plano, haz un suave giro de muñeca al llegar a la punta y luego, despeina un poco con los dedos. No uso protector térmico, porque el flequillo está tan en contacto con la piel que termina «engrasándose» y con un producto de styling noto que queda muy pesado.

4. Cuando me levanto por la mañana con el flequillo muy rizado, en lugar de lavar toda la cabeza, humedezco el pelo con un poco de agua y lo vuelvo a secar repitiendo todos los pasos anteriores.

5. Para cortarte el flequillo, ponte en manos profesionales. Alguna vez me ha dado por ponerme creativa y la he liado. Todavía recuerdo cuando de pequeña decidí que quería hacerme un caracolillo a  lo Madonna en su vídeoclip «La Isla Bonita» (cosas de la pre adolescencia y el aburrimiento de una tarde lluviosa en Gijón) y aquello terminó en desatre… en mi casi estuvieron meses llamándome «pájaro loco». Si aún así decides intentarlo tú misma con tus manitas, córtalo en seco, nunca en mojado porque el pelo ¡mengua!. Coge el mechón y llévalo hacia un punto del puente de la nariz y da un único tijeretazo en horizontal. Alguna vez, si ya no veo, me recorto las puntas del flequillo con una tijera (siempre de peluquería) colocando la tijera en vertical.

6. Último toque: vaporizar laca Elnett (el bote dorado de toda la vida). Soy muy fan porque se va con un simple cepillado, no pesa, ni deja el pelo graso.

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