Miranda Kerr entre bambalinas

El número de mayo de ELLE es el preludio del verano y se suele «chutar» (léase hacer las fotos) en pleno mes de febrero o marzo. Por eso, siempre huimos de Madrid y escogemos alguna cálida playa, porque a nuestra protagonista le toca lucir cuerpo. En las páginas de belleza os descubrimos los últimos tratamientos para poneros a tono: del fitness a la nutrición, haciendo una parada en boxes para descubrir los últimos hits en cabina.

Pues esta es la teoría, pero este año no hubo playa. Nuestra protagonista, la modelo Miranda Kerr, tenía una agenda que ni un primer ministro y si queríamos que desplegase sus encantos en nuestro número de mayo había que hacer las fotos en Zurich. Sí, Suiza. Y lo primero que pensé fue: «o estoy muy mal o juraría que en Suiza no hay playa». Playa no hay, pero lagos sí. Así que en pleno deshielo y con los Alpes como testigos «chutamos» el número de mayo con Miranda en una «playa»  de veinte metros de largo por cinco de ancho. La localización de lo más pintoresca. Imaginaos el típico pueblecito suizo (Greppen) de no más de 240 habitantes, con su iglesia y campanario, sus verdes prados y donde no se veía ni un alma. Bueno, al menos íbamos a estar a salvo del objetivo indiscreto de los paparazzi.

Aquí os dejo la portada y las fotos del interior y otras de la jornada para descubrir los entresijos de una producción made in ELLE. En la revista tenéis mi entrevista a Miranda. ¡Espero que lo disfrutéis!

La portada de mayo.

Menos mal que hacía 15 grados porque os aseguro que estuvo bastante destapada durante toda la sesión. 

Miranda se enamoró de este biquini de crochet de TCN.

A falta de mar, el lago Lucerna. Al fondo, Los Alpes.

 Invitado sorpresa.

Nuestra «playa» de guijarros.

Controlando la luz. Tras los reflectores está Miranda.

Inmaculada Jiménez, directora creativa y de moda en ELLE, con uno de los vestidos de la producción probando a cámara un plano. 

Nuestra localización al fondo, junto a un pequeño embarcadero y una cabaña de madera donde se practica tiro al blanco (los suizos tienen que hacer ejercicios militares periódicos).

El agua estaba helada así que imposible que Miranda se diese un baño a no ser que quisiésemos criogenizarla. 

Nuestra «playa» estaba a los pies de un aserradero. Se oía el ruido de las máquinas pero no vi a nadie.

Una vista del coqueto pueblo de Greppen.

Miranda no se separó de su altavoz y nos amenizó toda el shooting con su playlist. El peluche le acompaña en todos su viajes y le hace fotos en sitios variopintos que luego manda a su hijo Flynn para que vea dónde ha estado.

No puede resistirme a colocarle a Miranda una chapa de Mujeres que Corren y se prestó sin problema a hacernos un selfie. Una buena cerveza fría viendo atardecer une mucho. Thanks Miranda.

Os dejo el vídeo del tema que más veces sonó durante la sesión. ¡Me encanta! ¡De esas que dan subidón!