Esta son mis tres titulares para resumir estos Juegos Olímpicos. Lo único breve y conciso es el titular así que tómate tu tiempo para este post, porque te advierto que hay mucha cosa. ¡Comenzamos!
Titular número uno: Sobre el sexismo y las uñas de Mireia Belmonte
Mucho se ha hablado en estos Juegos de Río 2016 sobre el lenguaje sexista utilizado por muchos medios. Quizá algo tenga que ver este estudio de Cambridge University Press que se hizo público a comienzos del mes de agosto. En él, un grupo de expertos en el lenguaje habían analizado alrededor de 160 millones de palabras utilizadas por los medios (y también en redes sociales) a la hora de hablar de hombres, mujeres y deporte.
Solo voy a destacar dos resultados: la palabra “hombre” se utiliza tres veces más que la de “mujer”, a pesar de que el 45% de los atletas olímpicos son mujeres. ¿Cómo les describen a ellos? “Rápidos” y “fuertes” son los adjetivos más usados. En el caso de las mujeres, las palabras más utilizadas tienen que ver con su edad y su estado civil. Como concluyen en el estudio: el lenguaje utilizado para referirse a la mujeres se centra sobre todo en su ropa, su vida personal, poniendo más énfasis en la parte estética que en la atlética.
Y estos son solo datos analizados en anteriores Juegos y en inglés. Así que estamos ante la punta del iceberg, porque habrá que mirar con lupa cómo ha sido la cobertura en Río, pero creo no equivocarme si digo que la tendencia continua (y al alza) y de forma global, desde Estados Unidos hasta a España.
No trato aquí de apuntar con el dedo, mi único objetivo es que como profesionales de la comunicación hagamos autocrítica (yo entono el mea culpa la primera). La participación de la mujeres en los Juegos no ha hecho más que crecer así que es hora de que #cambiemoslaconversación. En 1964, solo un 13,2% de los atletas eran mujeres. En 1988, un 26,1% y en Río llegamos hasta un 45%. Queda un largo camino por delante, pero algo estamos avanzando. Por eso, es hora de que hagamos examen de conciencia, porque cómo llamamos a la cosas, sí importa. Como dijo con tanto acierto la gimnasta Simone Biles: “Yo no soy la siguiente Usain Bolt, ni el próximo Michael Phelps. Soy la primera Simone Biles”.
Mi primera memoria deportiva es Eva Nasarre haciendo gimnasia con calentadores mientras yo desayunaba magdalenas con Cola Cao. Afortunadamente, estos JJOO nos han brindado una oportunidad increíble para acercar el deporte a las nuevas generaciones, que han podido ver en directo la hazaña de Mireia Belmonte en los 200 metros mariposa. ¿La primera nadadora española en ganar un oro no se merece que en Televisión Española le preguntan por algo más interesante que sus uñas de gel?
La luchadora de taekwondo Kimia Alizadeh ha sido la primera mujer iraní en conseguir una medalla en la historia de los Juegos Olímpicos. Y no es baladí, porque en su país las mujeres tiene prohibida la entrada en los estadios donde compiten hombres. Y sin embargo, lo que se convierte casi en “trending topic” es esta imagen.
Imagen vía El Español
Era la primera vez que Egipto competía en voley playa femenino y la discusión se centró en qué indumentaria era más sexista. Por cierto, Liliana Fernández y Elsa Baquerizo, nuestras representantes en voley playa, también compitieron con braga y top y, en otras ocasiones, optaron por mallas y camiseta de manga larga. En definitiva, ahí tenemos a las atletas ganando medallas y algunos medios se empeñan en poner el foco en «la exuberante belleza de Lidia Valentín«, medalla de bronce en halterofilia (menos de 75kg femenino).
Pero estos JJOO también han sido una gran oportunidad para hablar abiertamente (por fin) de temas como menstruación y actividad física. Y es gracias a la nadadora china Fu Yuan Hui (la sensación en estos Juegos), quien rompe con la seriedad a la que nos tienen acostumbrados lo atletas chinos y ante las cámaras cuenta cómo su rendimiento se había visto afectado por causa de la menstruación. El siguiente paso será poner el foco en deporte y menopausia.
Pasada ya la fiebre olímpica, es hora de hacer balance y lo cierto es que las atletas españolas han conseguido más medallas que los hombres en estos Juegos, pero después de la euforia, ¿quién se acordará de nuestras atletas? Tal y como destaca la Women’s Sports and Fitness Foundation, «solo el 5%de la cobertura total que dedican los medios de comunicación al deporte tiene a las mujeres como protagonistas». Además, ojalá que con estos resultados en la mano, las marcas comerciales se animen a apoyar el deporte femenino para que nuestras atletas, y sobre todo las que se dedican a deportes minoritarios, puedan seguir cosechando tan buenos resultados. Les doy aquí una apuesta segura: la selección femenina de rugby.
Por otro lado, si quizá hubiese más mujeres cubriendo información deportiva la radiografía sería otra. Pero lo que es cierto es que tampoco ayuda que las periodistas deportivas tengan que soportar vejaciones como las que ejemplifican en este vídeo las periodistas deportivas Sarah Spain y Julie DiCaro. En el vídeo, un grupo de hombres (son voluntarios y no han escrito ellos los tweets) les leen cara a cara los comentarios que otros hombres han dejado en su timeline. Pelos como escarpias.
Titular número dos: Olimpiadas con M de mujer
Tal y como aseguran desde Naciones Unidas en este siglo el deporte tendrá un papel fundamental en la lucha por la igualdad de género. Y estos días hemos visto lo mejor del género femenino y cómo competimos. Sin duda, el equipo de gimnasia artística femenino de Estados Unidos es uno de los mejores ejemplos. Pensadlo por un momento: estas cinco mujeres viven casi como en un Gran Hermano en versión olímpica, compiten entre ellas durante todo el año y en los Juegos se enfrentan en las pruebas individuales y, sin embargo, como equipo son una piña. ¿Cómo es posible?
“Para mí pasa por el patriotismo. En España estamos a años luz, porque el patriotismo tiene tintes franquistas, y esto impide ser una piña. Ellas se sienten americanas, disfrutan siendo americanas, es decir, sienten la camiseta, el escudo, los colores, el himno. El triunfo de su compañera es su triunfo, porque es su país, y su país para ellas es algo muy GRANDE. Se sienten partícipes. Es un sentimiento difícil de entender aquí”, explica la psicóloga deportiva Patricia Ramírez. Por un momento, imaginemos que esa mentalidad de equipo, de hermandad casi del sudor, se pudiese trasladar a las empresas.
“Lo mismo se puede trasladar a la empresa, pero en pequeña escala. El trabajador tiene que sentirse identificado con su empresa, pero para ello la compañía tiene que hacer por fidelizar, no al cliente, sino al trabajador, serle leal, quererlo, cuidarlo y retener el talento. Y esto, tampoco se hace. Además, debemos definir metas que se puedan conseguir en grupo, no por separado. Si no favorecemos el individualismo y no la cooperación”, añade la psicóloga.
Y para aquellos que se empeñan en alimentar el estereotipo de que las mujeres somos enemigas íntimas sirva de ejemplo este abrazo de Simone Biles y Alexandra Raisman. Porque las mujeres podemos competir, incluso por una medalla de oro, pero eso no significa que dejemos de apoyarnos las unas a las otras. Como dice Sheryl Sandberg, “cuando una mujer ayuda a otra. Las dos se benefician. Cuando las mujeres celebran los logros de otras mujeres, ganamos todas”.
Tercer titular: El asalto de las madres atletas
No habría elegido este un titular si de Michael Phelps se hubiese dicho que, en lugar de ser «un tiburón que come oro«, es un «padre de oro», como sí le ha ocurrido a Maialen Chourrat, a quien sí definen como «una madre de oro».
Pero no me voy a quedar en lo negativo y sí en lo positivo. Aunque queda mucho por normalizar, esto demuestra que se puede ser madre y llegar a lo más alto, pero solo si nos ayudan a lograrlo. Maialen Chourraut (oro en piragüismo en slalon), Kristin Armstrong (medalla de oro en ciclismo de ruta), Jessica Ennis-Hill (medalla de plata en heptatlón femenino) todas ellas han podido compatibilizar la maternidad con su preparación para unos Juegos.
Aunque imagino que no ha sido un camino fácil. Jessica y Maialen fueron madres tras los JJOO de Londres y en ambos casos sus entrenadores son, también, sus parejas, así que saben el esfuerzo, la dedicación y el sacrificio que supone el deporte de élite. En estos Juegos hemos comprobado que ser madre puede cambiar tus prioridades, pero no quiere decir que disminuya tu nivel de compromiso o que pierdas interés o ambición en tu profesión, pero el mercado laboral se lo pone tan difícil a las mujeres que su día a día se convierte en una olimpiada amarga y, sin apoyos, muchas deciden tirar la toalla. En España, el Consejo Superior de Deportes concede ayudas a las deportistas de alto nivel por nacimiento y cuidado de hijos menores de tres años, así como a las deportistas integrantes de selecciones nacionales por cuidado de hijos menores de tres años, que van desde los 1.100 € hasta un límite máximo de 3.000 €. Y, como explica la atleta Isabel Macías “en el atletismo las becas son equitativas, e incluso hay discriminación positiva, porque si te quedas embarazada puede cobrar el 100% de la beca en ese momento o cuando regreses a la práctica deportiva. Mientras que otro becado tiene garantizado el 65%, y el 35% restante tiene que seguir ganándoselo a lo largo del año”. Os dejo este vídeo de Kristin Armstrong en el que habla sobre maternidad y deporte. Quedaos con esta frase: “para todas las madres espero que haya sido un día inspirador. El equilibrio es mi arma secreta. Ser madre, también. Me mantiene en el camino correcto y super centrada”.
Gracias Cris por el post! He leído la noticia de la imagen del voley playa entre Egipcio y Alemania y lo que más escalofríos me dan son los comentarios a la noticia que vienen después… terrible.
Me uno a las felicitaciones por el artículo.
Pido disculpas si es desviarme del enfoque hacia la mujer, pero para mí tiene mucho de similud cuando prensa especializada por ejemplo en futbol, les «toca» retransmitir, ya que los grandes medios de comunicación lo hacen, por ejemplo una Superbowl de fútbol américano.
Como es algo no cotidiano (como retransmitir deporte femenino), y en vez de hacer su trabajo, retransmitir el partido y comentarlo, aquello se convierte en una tertulia que consiste en ridiculizar el deporte y sus aficionados. Más o menos queriendo decir que hay ser idiota e inculto para que te guste otro deporte que no sea el futbol que acapara los medios.
Me parece un periodismo rancio y fuera de tiempo; las mujeres deportistas están donde están llegando, por entre otra cosas, por superar estas cosas. Al igual que hay deportes, que llegan a cualquier punto del planeta, y es parte de su grandeza.
Un abrazo
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Nota: Debe haber algún bug (uso Firefox), y se me deshabilitan los campos de Nombre y Correo Electrónico si relleno antes el comentario.
Gracias Cris una vez más por acercar al público hechos objetivos dentro de un marco que puede resultar para los menos cultos, un grito feminista.
Lejos de ello, sobre todo en nuestro país, que desgraciadamente culturalmente se tiene una actitud en la que no se favorece el reconocimiento del deporte femenino, creo que la responsabilidad es del periodismo deportivo. Bastante mediocre, por cierto.
Gracias Cris por acercarnos a todas y a todos lo que es el deporte y que entre todos valoremos a un@s y otr@s con igualdad.
Sois muy grandes las dos! Creo que no puedo decir mucho más, pues estoy de acuerdo con todo lo que decís las dos y todo lo que representáis. En estas Olimpiadas las mujeres han ido marcando el paso. Y esto es un hecho que está cambiando la conversación.
Pero a la vez es triste que se fijen en las uñas, el maquillaje de las atletas cuando están logrando objetivos que son resultado del esfuerzo, trabajo, dedicación y voluntad, creo que son valores más a destacar que no lo que se ve a simple vista por el físico o aspecto.
Un beso y espero que todas estas reflexiones sirvan para ayudarnos a nosotras mismas!