Antes de arrancar este post, voy a comenzar con un aviso porque a lo lejos ya intuyo el tsunami. No tengo absolutamente nada en contra de Aida Domenech, más conocida en redes sociales como Dulceida. No se trata de valorar su actividad profesional...
Mi madre, a quien admiro infinito por criar a tres hijos mientras se dejaba la piel y el alma haciendo tratamientos de belleza, siempre ha tenido tres máximas, que de tanto repetírnoslas a mi hermana María y a mí se nos han quedado grabadas a sangre...