Doble limpieza o double cleansing

La doble limpieza, o double cleansing en inglés, es el ritual del momento para irte a la cama, ya sabes, #limpinayfresquina. Lo sé, tengo una cruzada 2.0 con la limpieza facial, porque es clave para tener una piel sana y la mayoría lo hacéis a prisa y corriendo, porque da una pereza mortal (lo sé y lo sufro).

En este post, ya os hablé de cómo me limpio a diario y, ahora, quería aprovechar para hablaros de este método, conocido como double cleansing en inglés o sistema de doble limpieza en español. Nada nuevo en el planeta beauty, porque las asiáticas llevan años practicándolo, y muchas de vosotras también (aún sin saberlo). Ahora, parece haberse puesto de moda entre las periodistas de belleza y bloggers inglesas. Y todo debido al reciente lanzamiento de Double Cleanse (27,50 €), de la blogger y experta en cosmética Caroline Hirons, junto a la marca de belleza Pixi. Todavía recuerdo que mi primer gloss caro me lo compré en su tienda de Carnaby Street en Londres… ¡Alerta, alerta! ¡Que me pongo en modo abuela cebolleta! Bueno, al grano.

Básicamente, la teoría del double cleansing dice, con mucho acierto, que para retirar la suciedad, impurezas, el exceso de sebo y el maquillaje es necesario utilizar dos fórmulas diferentes: una sólida en aceite, para arrastrar todo el maquillaje (rico en siliconas, etc) y el exceso de grasa, porque el aceite solo se diluye en otro aceite, y un bálsamo más ligero, formulado al agua, para aplicar a continuación y eliminar así las células muertas, polvo, bacterias, que pululan a su libre albedrío por la superficie de tu piel. ¿De verdad te vas a ir a la cama sin limpiarte la cara sabiendo todo esto? La mayoría de estos tratamientos recomiendan usar una gasa o una toalla para retirar ambos productos y realizar, al mismo tiempo, una suave exfoliación de la piel.

Cuando estuve en Londres me compré el Double Cleanse de Caroline Hirons y, aunque me gusta el concepto, no me arrebata. Me parece muy práctico, porque en un solo bote vienen los dos productos (el aceite sólido y el bálsamo limpiador), pero es un poco escaso (50 ml cada uno) y la textura del bálsamo me parece demasiado líquida y, además, debería haber más cantidad que de la propuesta sólida, porque necesitas más producto para masajear. No viene con toalla, ni gasa. El aceite sólido para desmaquillar me recuerda mucho a Take the Day Off de Clinique (25,50 €), una de mis fórmulas favoritas.

Lo último que acaba de aterrizar en mi baño es de Pestle & Mortar y se llama Erase & Renew The Double Cleansing System (76 €) en España lo comercializan en Laconicum y es de esos productos «Oh, my God». Una textura granulada que se transforma en un velo limpiador (Erase, 50ml), con aceite de uva y girasol (cuando los hueles suena música de violines). Con muy poco producto, fundes literalmente todo el maquillaje, hasta el waterproof y las bases de maquillaje/careta que ponen en la televisión (comprobado). Pero lo mejor es el paño que adjuntan para retirar el producto (lo puedes comprar por separado). Por un lado, es una gasa para arrastrar todo y por otro, el suave rizo de una toalla deja la piel suave, fresca y relajada. La segunda parte del protocolo es una textura con la consistencia de un gel (Renew, 50ml), muy ligera y es quizá lo que menos me gusta, porque a mí me van las texturas fundentes, pero es quizá una mejor opción para las pieles más grasas. Se retira con el paño por la cara de la toalla.

Aquí mis conclusiones sobre las double cleansers:

Son muy interesantes, porque hacen que el protocolo de la limpieza sea gustoso y así lo cumplas. Y son, además, cinco minutos que te dedicas a ti, ¡importante! No hay mejor plan que meterse en la cama con la cara limpia, estrenar pijama y sábanas frescas, ¿verdad?

Es una forma de asegurar que pasas la prueba del algodón y, a continuación, no hay que usar ni tónico ni crema de noche porque la piel queda perfecta (cero sensación de tirantez).

Las veo más adecuadas para una piel seca, sensible o normal que para una piel grasa porque las texturas pueden ser demasiado grasas.

Si a continuación aplicas un retinol, por ejemplo, dudo que penetre, porque estas limpiadoras dejan residuo sobre la piel y el retinol no se diluye si hay aceite, vamos, que se queda suspendido sobre la piel y tú has tirado el dinero. Mi opción, entonces, sería: limpiar con una agua micelar (soy fan de Bioderma), aclarar (porque es un detergente), vaporizar un agua termal, usar un gel limpiador (sin sulfatos) o una limpiadora al agua, aplicar una loción exfoliante (me rechifla Skin Perfecting de Paula’s Choice) y, a continuación, el retinol. No todos los días desayuno lo mismo, así que no todos los días sigo el mismo ritual de limpieza (y también depende mucho de mis viajes, si me he maquillado mucho o no…). Voy alternando.

Solo tienes que hacerlo por la noche. Yo por la mañana, únicamente vaporizo un poco de agua termal y con la piel aun húmeda, aplico un serum y una crema. Ahora mismo, estoy probando Hydrabio Crème de Bioderma y estoy encantada. Hidrata genial, gracias a la niacinamida (vitamina B3) y el hialuronato de sodio. No tiene parabenos, ni aceites minerales y la relación calidad precio es magnífica.  En breve, os doy más detalles.

Ojo con la gasa y el frotar, arrastra de forma suave la gasa sobre la piel y seca con la toalla a golpecitos. ¡Haz el amor y no la guerra con tu piel!

Aquí os dejo una selección de mis limpiadoras favoritas que, aunque no entran dentro del concepto de double cleansing, sirven perfectamente para retirar maquillaje y limpiar (aunque si has maquillado mucho los ojos tendrás que completar la limpieza con una fórmula específica, como un bifásico o un agua micelar, por ejemplo). Todas las retiro con una gasa o una toalla (las de mano de Primark ya os he dicho que son un must porque tienen el tamaño justo).

Take the day off, de Clinique (25,50 €). Todo un clásico y Sensual Skin Cleanser de Elle Est Belle (65 €), para los fans de la cosmética eco.

Las velas de Diptyque son mi perdición, pero también tienen productos de belleza maravillosos, como este bálsamo limpiador con rosa, Nourishing Cleansing Balm (52 €). Como diría mi amigo, el sabio Dr Carlos Mascías, «hemorragia de placer» cuando lo aplicas.

Otro de mis clásicos es la limpiadora de Eve Lom. Sí, tiene parafina (aceite mineral), pero es absolutamente maravillosa. Una textura ultrafundente para masajear, y casi amasar la piel, mientras limpia y desmaquilla. Vamos, ¡un gustazo! Viene con una gasa tamaño XL.  76,90 €

Reconozco que no entro mucho en las tiendas de Lush, porque tengo miedo a salir narcotizada. Sé que es una marca que tiene muchos fans y yo estoy intentando superar mis fobias, pero el olor intenso de sus productos es una de las razones por las que no uso muchos de sus productos. La excepción que cumple la regla es Ultrabland (10,95 €), una limpiadora maravillosa con aceite de almendras y rosa, que casi no huele. Pituitaria a salvo.

Espero que os acordáis de estos Mitre trucos antes de meteros en la cama. Y que como oración repitáis, en voz alta y hasta la náusea: «me iré siempre a la cama #limpinayfresquina». Felices sueños.

En breve, más y mejor. Gracias por estar ahí.

Fotos de Silvia Martínez.