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Cómo cuidar tu piel si tienes cáncer

cosméticos cáncer

La semana pasada, os hablé largo y tendido en mi Stories de Instagram sobre el cáncer ginecológico, compartiendo mi experiencia personal con el cáncer de ovario que tuve con 25 años y, también, os di detalles sobre el test genético del BRCA1 y BRCA2 que me hice el año pasado, para decidir si hacerme o no una histerectomía y anexectomía (extirpación quirúrgica del útero y la trompa y el ovario que logré conservar tras la enfermedad). Compartir estas experiencias no es fácil, primero porque remueven mucho y, además, cada historia clínica es diferente y no quiero ser ejemplo de nada. Pero creo que la visibilidad en redes sociales conlleva, además, cierta responsabilidad y puede que mi historia ayude a normalizar la enfermedad y, sobre todo, sirva para insistir en la importancia de adquirir hábitos de vida saludables.

Como sabéis, el pasado 19 de octubre fue el día del cáncer de mama y las redes se inundaron de lazos rosas y de mensajes de apoyo etc para los pacientes. Vi mucha información sobre productos cosméticos que donan un porcentaje, o la totalidad de la venta, a la investigación de la enfermedad. Y eso está muy bien, pero no he leído casi nada sobre cómo cuidar y tratar la piel si te enfrentas a un proceso oncológico. Así que me he puesto manos al teclado.

Puede ser que esta entrada no te interese, pero te pido, por favor, que la compartas en redes sociales, porque puede llegar a alguien que, ahora mismo, esté pasando por un cáncer. Si te encuentras en pleno tratamiento y me estás leyendo, espero que te resulte útil y, como hacen mis amigas de Corre en rosa, te envío una abrazo virtual de por lo menos seis segundos.

Para escribir este post sobre cómo cuidar la piel si tienes cáncer, he consultado con dos grandes expertas en la materia, para que nos guíen. Gracias a la Dra Lucía González Cortijo, oncólogo médico y coordinadora de la Unidad de Cáncer de Mama y Ginecológico del Hospital Universitario Quirón de Madrid y promotora del movimiento Corre en rosa y a la farmacéutica Gema Herrerías, reconocida experta en dermocosmética.

Piel más frágil y sensible 

Como explica la Dra. González Cortijo “la piel de un paciente oncológico es siempre más sensible. Primero, por la propia toxicidad directa del tratamiento, que reseca y puede producir determinadas alteraciones cutáneas, como eczemas, manchas y reacciones acneiformes. Por otro lado, al estar más sensible, determinadas cremas, jabones o detergentes, que antes no producían daño, ahora, lo pueden ocasionar, sobre todo, en enfermos encamados. Y no podemos olvidar las mucosas, porque la quimioterapia produce mayor sensibilidad en la mucosa de la boca, llagas, e incluso, infecciones por hongos. Y lo mismo en la zona genital y anal, con mayor frecuencia de fisuras y hemorroides. Además, cuando el tratamiento induce una menopausia precoz provoca, además, sequedad vaginal que impide llevar una vida sexual normal”, señala la doctora.

En el caso concreto de una enferma de cáncer de mama que recibe quimioterapia, “lo habitual es mayor sequedad y sensibilidad por el tratamiento, además de fotosensibilidad, porque pueden salir manchas en la piel, especialmente, en cara y manos, que son las áreas más expuestas. Siempre hay que insistir en la protección solar diaria después de la hidratante habitual”, indica Lucía. Por eso, Gema recuerda la importancia de “aplicar a diario un protector solar FPS50+ UVB UVA de amplio espectro, renovar su aplicación a lo largo del día, y escoger preferentemente formulaciones indicadas para pieles sensibles, con filtros minerales o físicos, porque disminuyen la probabilidad de dermatitis de contacto alérgica”.

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Además, “hay que evitar tratamientos agresivos (retinol y derivados), los renovadores y despigmentantes, a altas concentraciones (nada de alfahidroxiácidos, como el ácido glicólico, ni beta hidroxiácidos, como el ácido salicílico). Cuando se termine el tratamiento oncológico ya habrá tiempo para tratar el melasma, porque si irritamos la piel podemos potenciar la aparición de nuevas manchas. Durante el tratamiento oncológico, solo se debe hidratar mañana y noche sobre piel limpia y con productos reparadores, no comedogénicos, indicados para pieles sensibles, evitando fragancias, alcohol, conservantes y aditivos. Muy importante aplicar, también, un reparador labial”, añade Herrerías.

En el caso de los tratamientos con radioterapia, Herrerías recomienda “limpiar y secar la piel que se va a radiar con dermolimpiadores de pH ácido antes de la sesión, evitar productos tópicos que irriten la piel, como perfumes, desodorantes, y lociones a base de alcohol. No exponerse al sol ni manipular o rascar la zona que va a ser radiada y no aplicar ninguna loción tópica antes de la sesión para que así no aumente la radiación recibida”.

Y, ¿qué pasa con los parabenos? “Son unos excelentes conservantes frente a hongos, levaduras y bacterias. Se emplean en cosméticos, medicamentos de uso tópico y oral, alimentos, bebidas y productos industriales para mantener todos estos productos en buen estado durante un largo periodo de tiempo. Aunque pueden causar dermatitis de contacto alérgica (hipersensibilidad retardada o de tipo IV), hoy en día, a las concentraciones permitidas, son muy raros los casos de sensibilización”, explica la farmacéutica. Sin embargo, siempre están en el ojo del huracán, porque hace años “se publicó un estudio en el que se apuntaba que podían estar implicados en el desarrollo de tumores hormonodependientes, como el cáncer de mama, ya que podían tener algún componente estrogénico. Pero esto no se ha confirmado y, de momento, las autoridades sanitarias no los han prohibido”, señala la Dra González Cortijo, quien insiste en que “en cualquier caso, se necesita mucho tiempo para demostrar o asignar a un componente determinado la capacidad de producir cáncer”. En su opinión, “deberíamos evitar en lo posible el uso de productos con parabenos, pero sin alarmismo porque aún no sabemos realmente si son nocivos o cancerígenos a las dosis que los consumimos”.

Limpieza, hidratación y uñas

“Es muy importante insistir en el lavado de manos, con agua y jabón varias veces al día o con soluciones alcohólicas, para evitar muchas infecciones que se transmiten por contacto. Como resecan mucho la piel, conviene aplicar una buena crema hidratante de manos, como la de Karité de L’Occitane”, destaca la Dra González Cortijo.

Y no te preocupes por tus uñas frágiles y quebradizas, porque cuando termine el tratamiento crecerán de nuevo sin problemas. “A veces salen manchas oscuras y pueden estar muy sensibles, incluso puede haber dolor simplemente al rozar o al teclear, por ejemplo, en el ordenador. En ocasiones, se ahuecan y pueden infectarse por hongos. En ese caso, hay siempre que acudir al oncólogo o al dermatólogo para planificar un tratamiento. Mucho cuidado con los podólogos que en ocasiones cortan las uñas demasiado, o la piel de alrededor, y se pueden producir infecciones”, señala la oncólogo. Si las pintas, recuerda que los esmaltes “deben ser hipoalergénicos, sin formol, sin tolueno, sin colofán y con bolita interior sin niquel. El quitaesmaltes sin acetona y no debes usar uñas de gel, porcelana, ni postizas”, añade Gema.

Respecto a la higiene corporal, la farmacéutica recomienda “en lugar de baños, duchas cortas, con agua tibia, y secar a toques, sin frotar. Lo ideal son los geles de ducha syndet (sin jabón), con pH ácido”. Y para la hidratación corporal tras la ducha, la experta aconseja aplicar siempre “un producto hidratante y emoliente que aporte agua y lípidos a la piel, en caso necesario, incluso, con actividad antiinflamatoria y antipruriginosa (para evitar el picor). Mejor las fórmulas indicadas para pieles sensibles y que no contengan perfume y las texturas más fluidas, como las lociones, y para zonas localizadas, cremas o bálsamos. En caso de la radioterapia, en las zonas radiadas lo ideal es sucralfato, centella asiática, sulfato de zinc e incluso aloe vera puro”.

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Herrerías recomienda hacer la limpieza facial dos veces al día con limpiadores suavessin partículas exfoliantes, con agua tibia, entre 32 y 34 grados, y mejor con discos de algodón impregnados con leches o soluciones micelares sin aclarado. Para luego, secar a toques suavemente con un tissue y sin frotar. Por la noche, para desmaquillar la piel, son ideales los limpiadores y fórmulas al aceite”.

Depilación y exfoliación 

«No se recomiendan exfoliantes para no irritar la piel”, señala Herrerías, porque, “pueden eliminar la barrera lipídica de la piel que es una protección natural”, añade González Cortijo.

Sin embargo, se podría aplicar «de forma semanal, un peeling corporal, tipo mecánico y que sea muy suave, con partículas exfoliantes muy finas, como polvos de semillas o micropartículas sintéticas en geles y/o tensoactivos espumosos. Por ejemplo, perlas de jojoba o cera alba. Siempre con precaución y con la piel húmeda, usando solo las manos y evitando los cepillos o guantes de crin para no irritar la piel”, añade Gema.

Y respecto a la depilación olvídate de la cera, crema depilatoria o cuchilla. “En todo caso, con maquinilla”, apunta la farmacéutica.

No te olvides del cuero cabelludo 

“El cuero cabelludo sufre mucho con la quimioterapia, aunque no se produzca una caída del cabello. La quimioterapia que se usa en el cáncer de mama, invariablemente, produce alopecia. Cuando el pelo se cae, el folículo está muy sensible y duele, incluso, pica. Además, puede que, tras rapar el pelo, este tienda a crecer en algunas zonas y pinche y moleste. Hay gorritos de materiales muy suaves, como el bambú, que son muy cómodos para usar de noche y que protegen, sin irritar”, destaca la doctora.

Como señala Gema “se debe dejar la cabeza al descubierto al menos seis horas al día, para que transpire. Además, el lavado debe ser a demanda, es decir, si es necesario puede hacerse a diario, con un champú suave de uso frecuente y secar al aire, sin secador. Lo ideal es no teñirse y, en caso de hacerlo, se deben elegir tintes que no sean irritantes, para evitar dermatitis en el cuero cabelludo. No se debe aplicar ningún tratamiento tópico, ni oral para la caída del cabello sin consultar al médico”. Y un último tip: las cejas y pestañas se pueden dibujar a diario durante el tratamiento con la ayuda de un lápiz o pincel.

Cosmética natural ¿es más segura? 

Como advierte la doctora González Cortijo «hay muchos aspectos sobre cremas y tratamientos cosméticos que no están contrastados científicamente, así que no podemos dar instrucciones definitivas” pero, como añade Herrerrías, “en mi experiencia, la cosmética más eficaz y mejor tolerada es la dermatológica de pieles sensibles, porque tienen formulaciones adaptadas a estas pieles fragilizadas, sin perfume, sin alcohol, hipoalergénicas”.

Y cuidado con los aceites esenciales, porque “en general pueden mejorar las náuseas y, en masaje, incluso aliviar el dolor, la ansiedad o el estreñimiento. Sin embargo, algunos aceites esenciales tópicos pueden producir alergias y sensibilidad al sol. Por último, en tumores hormonodependientes, como el cáncer de mama, no se recomienda el uso de aceite de lavanda o de árbol de té porque pueden tener efecto estrogénico”, indica la doctora.

Fotos: Silvia Martínez.

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