Pulseras de actividad y relojes GPS ¿diferencias?

Este es uno de esos post que me habéis pedido hace tiempo. Siento haber tardado tanto en escribirlo, pero no encontraba el momento y, además, quería llevar una buena temporada probando todas las pulseras de actividad y los relojes de los que os hablo a continuación.

Primer aviso para navegantes, no todo el mundo necesita una pulsera de actividad ni un reloj GPS para entrenar, porque hay infinidad de aplicaciones gratuitas que nos permiten monitorizar nuestro actividad diaria y entrenamiento. Por ejemplo, el iPhone viene de serie con una aplicación de salud estupenda y para correr la app de running de Nike+ Run es muy completa.

Y, sin embargo, soy de la opinión que estos gadgets ayudan mucho. Por el simple y sencillo gesto de poder llevarlos en la muñeca.

Antes de compraros una pulsera de actividad o un reloj debéis haceros una pregunta: ¿para qué lo necesito? ¿hay diferencias?

Por ejemplo, yo necesito correr con un reloj GPS, porque entreno al aire libre, así que debe ser muy preciso marcando las distancias. Además, para mí es importante que permita combinar series de distintas distancias (entrenamiento interválico). No suelo programar los entrenamientos en el reloj, prefiero usar la opción de lap manual (vueltas) para no liarme (cada vez que completo cada serie le doy al botón de vuelta y empieza a contar desde cero). Y, por último, gracias al reloj con GPS mi entrenador puede ver si la carga del entrenamiento es la adecuada, por ejemplo, si me corazón recupera bien tras las series, etc. Pero no os creáis que mi entrenador corre conmigo. Él está en Gijon, pero los datos de mi reloj se vuelcan en un app que él puede chequear en cualquier momento para planificar mi entrenamiento. Es rápido y cómodo, porque corro y no le tengo que «dar el parte». Él puede verlo directamente. Estos son los puntos que tengo en mi cabeza a la hora de decidirme por un reloj u otro. Así que haz tu lista con las prestaciones que necesitas para elegir bien un reloj o una pulsera de actividad.

No me quiero extenderme mucho sobre la importancia de monitorizar el pulso en la carrera. Si queréis saber más os dejo esta entrada de hace tiempo  y esta otra de Isabel del Barrio.

Yo tengo muchos entrenamientos a pulso, sobre todo cuando arranco la temporada. Entrenar a pulso quiere decir que me tengo que ceñir a un umbral determinado. Por ejemplo, hoy tenía tres bloques divididos en: 8′ en los que debía correr a 155 pulsaciones máximo; otro bloque de 4′ a 168 máximo y, para rematar, 2′ por encima de 168. Os cuento esto para que entendáis, el porqué para mí es importante que la medición del pulso sea exacta. Cada entrenador tiene una forma diferente de planificar, por eso insisto en que mi planificación es eso: MI plan de entrenamiento. Ahora, es un alivio porque hay muchos relojes que toman el pulso directamente en la muñeca y no hay que ir con la banda en el pecho banda, como es el caso de los dos pulsómetros con GPS de los que os hablo hoy: Garmin Forerunner 235 (349 €) y TomTom Runner 2 Cardio+Music (249 €).

Habitualmente corro con Garmin (ahora con el modelo Forerrunner 235 es el cuarto reloj que tengo de ellos). Es una marca que me gusta mucho, porque es el Nokia de los relojes GPS: fácil, sencillo e intuitivo. Tanto que no hay que leerse el manual de instrucciones (fundamental porque no tengo paciencia si el tema es complicado) y lo sacas de la caja y a quemar zapatilla. Me gusta por varias razones:

La correa es mucho más flexible que los modelos anteriores (210y 220 que son los primeros que yo usé).

El sistema para cargarlo está muy mejorado (los anteriores modelos a veces no cargaban bien y más de una vez el reloj me dejó tirada).

Permite programar entrenamientos y tiene función de lap manual (es decir, permite marcar las vueltas manualmente).

Mide lo que necesito: frecuencia cardiaca, ritmo (medio y actual), distancia (vuelta y total) y tiempo (vuelta y total).

Te avisa de las llamadas entrantes (aunque yo tengo anuladas, por ejemplo, las notificaciones).

Descarga los datos directamente a la app del móvil (vamos, no hay que conectarlo al ordenador).

Tras terminar una carrera o el entrenamiento puedo ver cómo he ido en cada una de las vueltas o laps.

Te calcula las horas que necesitas de descanso según la intensidad con la que hayas entrenado.

Te avisa para que te muevas cuando llevas mucho tiempo sentado. También monitoriza el sueño, pero no lo uso porque el reloj me parece muy trasto. Y te mide, además, actividad diaria (pasos, calorías, etc).

Mi único pero es que respecto a los modelos anteriores, a este le dura mucho menos la batería. Imagino que es por la medición del pulso. Cuando llueve mucho (habitual en Lisboa) suelo entrenar en elíptica y puedo usárselo en interior e incluso en la cinta, porque incorpora un acelerómetro para medir ritmo y distancia.

TomTom es otro marca que me parece fantástica en la categoría de relación calidad precio (hay modelos desde 129 €).  Yo he probado el modelo TomTomRunner Cardio 2 Music. También mide el pulso en la muñeca y me gusta porque es sencillo de utilizar, nada aparatoso y te permite trabajo por series e intervalos (puedes ver este post para más info). Puedes usarlo para otros deportes (bici, natación, gimnasio) y puedes cargar hasta 500 canciones (auriculares bluetooth no incluidos), también monitoriza tu actividad diaria (resto especificaciones aquí). Sin embargo, teniendo en cuenta cómo entreno para mí tiene varios peros.

1. Cuando empiezo una nueva vuelta, no mide la distancia de esa vuelta sino la total así que si corres al aire libre, como es mi caso, en una zona sin marcar, vas perdido.
2. Puedes programar intervalos, pero solo por tiempo o distancia y muchas veces mis intervalos o series combinan distintas distancias.
3. Para ver el historial (con todas las vueltas al detalle) tienes que descargar los datos.

¿Y la pulsera? ¿Cuál elegir? Aunque hay relojes con GPS que permiten medir también las actividad diaria, yo prefiero llevar una pulsera, porque son más discretas, cómodas y puedo llevar mi reloj habitual. Para mí, es fundamental que marque varias cosas: pasos, pulso (tener el pulso elevado puede ser síntoma de que no estamos asimilando bien las cargas de entrenamiento), monitorización del sueño, alarma silenciosa para despertarme y para moverme y que, además, me avise cuando me suene el móvil, porque a veces lo llevo en el bolso y no me entero. Soy muy fan de las propuestas de Fitbit, porque son muy sencillas y la app es muy práctica e intuitiva. Además, puedes crear grupos y retarte con tus amigos 🙂

Los dos modelos que he probado de Fitbit son Alta (139,95 €) y Charge 2 (159,95 €). Alta es la más básica de las dos. Me gusta porque es sencilla y, menos el pulso, cumple con todos mis requisitos. Aunque, realmente, no sirve para entrenar. Hay infinidad de correas a cual más bonita. Y la batería tiene mucha autonomía. Sin embargo, el modelo Charge 2, además de medir el pulso, monitoriza tu entrenamiento pero ojo, porque si la usas para correr como no lleva GPS, tendrás que ir con el móvil y, además, como la pantalla no es con color es complicado poder leer los datos mientras corres. Tiene, también, una función para guiarte en las respiraciones que me parece muy útil (para más ejercicios de respiración guiada te recomiendo la app 3 minute mindfulness). En general, estas pulseras de actividad sirven para correr, pero no para entrenar. Me explico: te monitorizan la carrera (ritmo, distancia, etc), pero, por ejemplo, no puedes hacer cambios de ritmo o series. Para eso, necesitas un reloj. También puedes usarla para hacer seguimiento de otras actividades (bici, pesas, etc).

De Fitbit, también he probado su reloj (ellos lo llaman smart fitness watch) Blaze (229,95 €), como todos los productos de la marca se conecta y actualiza con la app través de bluetooth. Solo necesitas cables para cargar las baterías y en todos los productos que he testado suelen durar bastante (más de dos semanas, más o menos). Blaze tiene algunas especificaciones propias,  como poder controlar la música  de tu smartphone y los ejercicios de la app Fitstar pero, sinceramente, no les he dado mucho uso. Se lo recomendaría a alguien que busca más un formato reloj que pulsera. Por cierto, las correas son intercambiables y muy bonitas.

En pulseras de actividad, también he probado lo último de TomTom (TomTom Touch 149 €) muy práctica. Monitoriza toda la actividad (pulso, pasos, distancia, actividad, sueño). Tiene también las notificaciones del móvil y varias correas y se conecta a la app a través de bluetooth. Su punto fuerte es que es la única que te mide la composición corporal. Algo que, sinceramente, no uso, porque tengo una Tanita (una báscula que a través de una bioimpedancia mide la composición corporal ) y, además, suelo hacerme antes y después de la maratón un análisis corporal, con medición de pliegues incluido (más info aquí), porque es mucho más preciso.

Y, por último, la otra pulsera de actividad que he probado es Polar A360 (200 €). Monitoriza toda la actividad (entrenamientos y sueño incluidos), incorpora sistema de notificaciones  y tiene una app muy completa (Polar flow). Me gusta particularmente que la pantalla sea a color, porque a veces, sobre todo si vas corriendo, en las otras pulseras es imposible ver los datos a un solo golpe de vista. Sin embargo, como también monitoriza el sueño el hecho de que se encienda y brille es un handicap, sobre todo, si eres de sueño ligero. Me gusta mucho la pulsera, porque es muy ergonónica y suave, aunque el cierre es una tortura. Es la que menos he usado, porque se me ha quedado colgada varias veces (quizá sea el modelo que yo tengo que era una muestra de prensa). Eso sí, es a la que más le dura la batería con diferencia.

Espero que os haya resultado útil. Si tenéis dudas con las especificaciones, echad un ojo a las webs de cada marca porque viene todo explicado con mucho detalle. Yo solo he querido daros mi opinión como usuaria.

Fotos de Aitor Audicana.